
La industria petrolera de Estados Unidos se encuentra en una situación crítica, marcada por la caída de los precios del crudo y la presión de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump. Según un informe de Bloomberg, los productores de petróleo, especialmente las empresas más pequeñas, están luchando por alcanzar el equilibrio financiero y enfrentan dificultades para reemplazar su equipo.
Durante su campaña presidencial, Trump adoptó el lema “drill, baby, drill”, prometiendo revitalizar la industria petrolera que, según él, estaba siendo asfixiada por las políticas medioambientales de su predecesor, Joe Biden. Sin embargo, a medida que los precios del crudo han caído un 20% desde que asumió el cargo en enero, la desilusión entre los ejecutivos de la industria se ha ido intensificando. El West Texas Intermediate, un referente del petróleo estadounidense, llegó a cotizar a tan solo 55 dólares por barril el mes pasado.
Impacto en los productores independientes
Si bien las grandes compañías como Exxon Mobil y Chevron pueden resistir mejor la presión de los precios bajos, los productores independientes están sintiendo el impacto de manera más aguda. En las últimas semanas, estas empresas han anunciado recortes de gastos por un total combinado de 1.800 millones de dólares, lo que refleja la gravedad de la situación.
El CEO de Patterson-UTI Energy Inc., Andy Hendricks, ha señalado que “el petróleo a 50 dólares y ‘drill, baby, drill’ son incompatibles”. Además, la guerra arancelaria que Trump ha desatado contra varios países está afectando a los productores estadounidenses, ya que gran parte del equipo que utilizan es importado de naciones como China, Corea, Brasil y México. Esto ha convertido las reparaciones rutinarias en una “fuente de ansiedad” para la industria.
Kirk Edwards, ex presidente de la Asociación Petrolera de la Cuenca de Permian, ha expresado su incredulidad ante el hecho de que la industria del petróleo y gas de EE.UU. esté siendo utilizada como “chivo expiatorio” en este contexto de aranceles. En respuesta a sus preocupaciones, varios ejecutivos de empresas privadas e independientes se han reunido recientemente con figuras políticas como el senador texano Ted Cruz y el secretario de Energía, Chris Wright, para transmitir sus quejas.
Los ejecutivos han solicitado a Trump que establezca un precio mínimo para el petróleo, instando a los líderes de la OPEP a reducir la producción durante su visita a Oriente Medio, programada del 13 al 16 de mayo. También han pedido exenciones arancelarias para el equipo utilizado en los campos petroleros, lo que podría aliviar parte de la presión que enfrentan.