
El Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, se encuentra en el centro de una controversia tras la revelación de que planeó emitir órdenes de arresto contra líderes israelíes poco después de haber sido acusado de conducta sexual inapropiada. Según un informe del The Wall Street Journal, esta decisión fue tomada solo dos semanas y media después de que Khan se enterara de las acusaciones en su contra.
El 20 de mayo del año pasado, Khan anunció su intención de solicitar órdenes de arresto para el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el entonces Ministro de Defensa, Yoav Gallant. La cercanía temporal entre estas dos situaciones ha suscitado interrogantes sobre si Khan buscaba desviar la atención de las acusaciones de abuso sexual que pesaban sobre él.
De acuerdo con los documentos revisados por el WSJ, las supuestas conductas inapropiadas de Khan comenzaron a finales de 2023, en un contexto donde el fiscal enfrentaba críticas severas por su gestión en relación con el conflicto en Gaza. Activistas pro-Palestina lo habían calificado de «facilitador de genocidio» y cuestionaban la falta de acciones contundentes por parte de la CPI.
Una de sus asistentes, una mujer en sus treinta años que viajaba frecuentemente con él por motivos laborales, solicitó una reunión para instarle a moderar su comportamiento. Según el informe, Khan la invitó a su suite en el hotel Millennium Hilton, ubicado junto a la sede de la ONU, donde supuestamente la agredió sexualmente. La mujer relató que intentó abandonar la habitación en varias ocasiones, pero él la retuvo, llevándola finalmente a la cama y forzando relaciones sexuales.
Este escándalo plantea serias dudas sobre la integridad y la ética de Khan en su papel como Fiscal Jefe de la CPI, una institución que tiene la responsabilidad de perseguir crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos. La situación es particularmente delicada dado el contexto de su trabajo, que implica la investigación de crímenes en conflictos altamente polarizados como el de Gaza.
La CPI, que ha sido objeto de críticas por su aparente inacción en situaciones de crisis, ahora se enfrenta a un nuevo desafío que podría afectar su credibilidad y su capacidad para actuar de manera imparcial en el futuro. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollarán estos acontecimientos y qué medidas tomará la CPI para abordar tanto las acusaciones contra Khan como las críticas sobre su gestión en el conflicto israelí-palestino.