La disputa legal entre Blake Lively y Justin Baldoni ha captado la atención de Hollywood y se ha intensificado con el tiempo. La controversia se originó en el set de la adaptación cinematográfica de la novela de Colleen Hoover, It Ends With Us, donde Lively acusó a Baldoni, su director y coestrella, de acoso sexual y de haber llevado a cabo una campaña de represalias en su contra. Baldoni, por su parte, ha negado todas las acusaciones, alegando que la demanda busca dañar su reputación.
El caso se complicó aún más en mayo de 2025, cuando se emitió una citación para que la famosa cantante Taylor Swift testificara en el juicio. Swift, amiga cercana de Lively y esposa de Ryan Reynolds, fue mencionada en el contexto de mensajes de texto que supuestamente indicaban que Lively buscaba utilizar la influencia de Swift para cambiar decisiones en el rodaje. Sin embargo, los representantes de Swift han afirmado que su única participación en la película fue permitir el uso de su canción “My Tears Ricochet”.
La representación de Swift ha enfatizado que nunca estuvo presente en el set de rodaje y que no participó en decisiones creativas. En una declaración, afirmaron que la citación fue una táctica para generar interés público a través del sensacionalismo y que desviaba la atención de los hechos del caso.
La historia de Lively y Baldoni comenzó en el rodaje de It Ends With Us, que se estrenó en agosto de 2024. Desde el principio, las tensiones entre ambos actores eran evidentes, ya que no realizaron entrevistas juntos ni posaron para fotografías en la premiere, lo que suscitó especulaciones sobre un conflicto. A medida que avanzaba la promoción de la película, Lively recibió críticas por minimizar el tema central de la violencia doméstica, elogiando en su lugar la estética del filme y promoviendo su nueva línea de productos para el cabello. Mientras tanto, Baldoni fue elogiado por abordar la violencia doméstica en el contexto de la película.
A finales de 2024, Lively presentó una queja formal, acusando a Baldoni de acoso sexual y creando un ambiente laboral hostil. Esta denuncia coincidió con un artículo de The New York Times que detalló sus acusaciones y las alegaciones de represalias por parte del equipo de Baldoni. En respuesta, Baldoni presentó una demanda de 250 millones de dólares contra el periódico, afirmando que el artículo distorsionaba la realidad y dañaba su reputación.
En enero de 2025, Baldoni y su equipo demandaron a Lively, Reynolds y su publicista por difamación, buscando 400 millones de dólares en daños. En su versión de los hechos, Baldoni argumentó que Lively y Reynolds intentaron tomar el control del rodaje y, al no conseguirlo, lanzaron acusaciones de acoso para dañar su imagen. En respuesta, el equipo de Lively buscó desestimar la demanda, citando la ley de California sobre conductas indebidas.
La situación se volvió más compleja cuando Baldoni incluyó en su demanda mensajes de texto donde se refería a Swift como «la amiga megacelebridad» de Lively, sugiriendo que Lively utilizaba su conexión con Swift como palanca para ejercer control sobre la película. En un intercambio, Lively se comparó con el personaje de Game of Thrones, Khaleesi, y describió a Swift y a Reynolds como sus «dragones». A pesar de que Swift no estuvo involucrada en la producción, su nombre ha sido utilizado para intensificar el drama mediático.
Además, la firma legal que representa a Swift también fue objeto de una citación, lo que llevó a su abogado a calificarla como una «expedición de pesca». En un giro más, Baldoni alegó que Lively había instado a Swift a eliminar mensajes de texto entre ellas y que su abogado había solicitado a Swift que emitiera una declaración de apoyo, sugiriendo que la negativa podría llevar a la divulgación de mensajes de carácter personal.
La saga ha continuado, con Baldoni acusando a la película Deadpool & Wolverine de Reynolds de ser un ataque a su reputación. En su demanda, Baldoni argumenta que el personaje de Nicepool, interpretado por Reynolds, es una burla de su persona y de su imagen pública. Este conflicto refleja no solo las tensiones personales entre los protagonistas, sino también la complejidad de las dinámicas de poder en la industria del entretenimiento.
Con el juicio programado para marzo de 2026, la batalla legal entre Lively y Baldoni promete seguir siendo un tema candente en los medios y entre el público, revelando las intrincadas relaciones y rivalidades dentro de un entorno tan competitivo como es Hollywood.
