
Canadá se ha posicionado silenciosamente como un líder global en el ámbito de los activos digitales. Desde 2014, el país ha sido pionero en la implementación de regulaciones para las criptomonedas, comenzando con directrices contra el lavado de dinero. A medida que los legisladores estadounidenses se encuentran atrapados en un estancamiento —incluso con una Casa Blanca favorable a las criptomonedas y un Congreso controlado por los republicanos—, Canadá ha continuado evolucionando su marco regulatorio, lo que ha convertido a Toronto en un punto de partida para el crecimiento de la blockchain, atrayendo la atención de Wall Street.
La reciente adquisición de la firma canadiense de criptomonedas WonderFi por parte de Robinhood, que posee Bitbuy y Coinsquare, subraya la atracción que ofrece el mercado canadiense. Johann Kerbrat, jefe de criptomonedas de Robinhood, destacó que se prevé que más de 30 millones de usuarios utilicen criptomonedas en Canadá, con proyecciones de ingresos de aproximadamente 900 millones de dólares para 2025. Esta inversión de casi 180 millones de dólares en WonderFi representa una apuesta directa por el crecimiento del sector en el país.
Un Ecosistema en Expansión
Galaxy Digital, la destacada firma de inversión en activos digitales fundada por Mike Novogratz, también ha elegido Canadá para su salida a bolsa, debido a las restricciones que enfrentó en Estados Unidos. Después de ser uno de los primeros en lanzar ETFs de bitcoin en el país del norte, Galaxy se prepara para debutar en el Nasdaq próximamente. Otras empresas canadienses, como DeFi Technologies, están planeando listarse en el mercado estadounidense, lo que refleja un creciente interés en la interconexión de los mercados digitales.
Durante la Conferencia Consensus 2025 en Toronto, que se ha consolidado como una de las mayores reuniones del mundo cripto, se anunció una colaboración de 100 mil millones de dólares entre JPMorgan, Ondo y Chainlink para tokenizar activos del mundo real. Este desarrollo marca un avance significativo hacia la interoperabilidad entre un entorno de blockchain privado y uno público, un paso que podría facilitar aún más la integración de las criptomonedas en la economía global.
A pesar de los desafíos en Estados Unidos, como la reciente falta de avances en una legislación sobre stablecoins, el panorama general para las criptomonedas parece estar tomando un giro positivo. La Reserva Federal y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos han relajado restricciones para los bancos que manejan criptomonedas, lo que podría abrir nuevas oportunidades para la innovación en el sector.
El interés en las criptomonedas sigue creciendo, con empresas como Mastercard y PayPal avanzando en sus propuestas para integrar estas tecnologías en su oferta de servicios. PayPal, en particular, está trabajando para ser la puerta de entrada de nuevos usuarios al mundo cripto, mientras que Robinhood se enfoca en la tokenización y el staking para atraer tanto a usuarios minoristas como institucionales.
La reciente evolución en el enfoque regulatorio en Estados Unidos, donde se está buscando un equilibrio entre la regulación y la innovación, podría sentar un precedente positivo para el futuro de los activos digitales. La tendencia indica que muchos de los obstáculos que han limitado el crecimiento del sector podrían estar siendo superados, permitiendo así que empresas que antes hubieran considerado salir a bolsa en años anteriores, finalmente puedan hacerlo.