Redescubriendo el comercio de obsidiana en la Tenochtitlán azteca
Numerosos artefactos de obsidiana han proporcionado nuevos datos sobre el origen del vidrio volcánico que los aztecas utilizaban en la fabricación de herramientas, piezas ornamentales y objetos religiosos hace siglos. Un reciente estudio que analizó 788 piezas de obsidiana, la muestra más amplia jamás estudiada en Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, revela que la red comercial de los mexicas se extendía incluso hacia sus rivales. Este trabajo, publicado en la revista *Proceedings of the National Academy of Sciences*, destaca la importancia del comercio a larga distancia en la economía de los mexicas, quienes establecieron un sistema complejo que facilitaba la adquisición de diversas calidades de obsidiana.
La investigación empleó fluorescencia de rayos X portátil, una técnica no destructiva que permite identificar huellas geoquímicas. Los investigadores encontraron que, aunque los mexicas preferían un tipo específico de obsidiana verde y dorada para rituales, también utilizaban objetos cotidianos de diferentes tipos de obsidiana para facilitar actividades diarias como el corte y el raspado. Diego Matadamas-Gomora, autor principal del estudio y candidato a doctorado en antropología en la Universidad de Tulane, explica que la diversidad de tipos de obsidiana en Tenochtitlán sugiere que estas herramientas llegaban a la capital a través de un mercado activo, lo que permite explorar el movimiento de bienes en Mesoamérica.
El hallazgo de una amplia variedad de obsidiana en Tenochtitlán, superior a la de otros sitios mesoamericanos, también aporta información sobre la evolución de la sociedad azteca. Este desarrollo, que se dio antes de la caída del imperio en 1520, refleja un proceso de estandarización religiosa y control social. El estudio indica que la obsidiana, que ya era un material común en Mesoamérica antes de la llegada de los aztecas, provenía principalmente de la Sierra de Pachuca, un área de gran calidad geológica que producía obsidiana de un verde característico, considerado por los mexicas como el «vidrio de los maestros». Los resultados sugieren que, a pesar de las limitaciones políticas, los mexicas no restringieron el flujo de herramientas de obsidiana de regiones rivales, lo que subraya la robustez y el alcance de su economía en aquel tiempo.
