
La economía cislunar, entendida como el desarrollo económico en la región que se extiende desde la Tierra hasta la Luna, está cobrando una relevancia creciente en el ámbito de la exploración espacial. En un contexto donde múltiples naciones y empresas privadas están intensificando sus esfuerzos para explorar el satélite terrestre, se hace necesario reflexionar sobre los pasos que deben darse para que esta economía no solo sea un concepto aspiracional, sino una realidad tangible.
Infraestructura y recursos clave
La creación de una economía cislunar efectiva dependerá de la implementación de una infraestructura robusta y del acceso a recursos vitales. Según expertos del sector, el desarrollo de equipos que permitan operaciones continuas en la Luna, como sistemas de energía que operen tanto de día como de noche, es fundamental. Este tipo de equipamiento, denominado «plug-in and play», se considera esencial para establecer una presencia humana sostenible en el satélite.
Durante el 40º Simposio Espacial de la Fundación Espacial, celebrado en Colorado Springs, se discutió ampliamente sobre cómo la Luna podría transformarse en un centro de investigación y desarrollo comercial. Rob Chambers, director de estrategia de exploración de Lockheed Martin, destacó que «la base de una economía debe ser algo por lo que los terrícolas estén dispuestos a pagar». Se prevé que para 2044, la Luna esté poblada por infraestructuras internacionales que permitan su habitabilidad.
La producción de hidrógeno y oxígeno, a partir del agua que se puede encontrar en la Luna, se perfila como uno de los pilares económicos clave. Los expertos enfatizan que la generación de energía será crucial para el desarrollo de esta economía. Timothy Cichan, arquitecto de exploración espacial en Lockheed Martin, subraya que «la gran cuestión es la energía… mucha energía», así como la movilidad necesaria para acceder a los recursos hídricos en los cráteres lunares permanentemente sombreados.
El desafío radica en diseñar tecnologías que puedan adaptarse a las extremas variaciones de temperatura en la Luna. Chambers sostiene que «si tienes toda la energía que deseas, puedes optimizar para algo más que solo la supervivencia». En este sentido, el uso de energía nuclear podría ser una solución viable en áreas con escaso acceso a la luz solar continua.
La NASA, a través de su programa Artemis, está invirtiendo en establecer una presencia humana permanente en la Luna, lo que representa una oportunidad para fomentar el desarrollo de una economía lunar. No obstante, los expertos advierten que, aunque se están realizando avances, la economía lunar aún depende en gran medida de la financiación gubernamental y necesita evolucionar hacia un modelo más sostenible y autosuficiente.
Desde la perspectiva de la defensa y la investigación, Michael Nayak, de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EE. UU. (DARPA), señala que el desarrollo de una infraestructura lunar interoperable es esencial para escalar hacia una economía lunares. La minería lunar, actualmente considerada el centro de esta economía incipiente, requerirá potencia en megavatios para ser viable.
El camino hacia una economía cislunar próspera está lleno de retos, pero también de oportunidades. La colaboración internacional y la inversión en tecnología serán cruciales para superar la brecha que actualmente existe en la capitalización de los recursos lunares. A medida que se avanza hacia este objetivo, será imprescindible fomentar un diálogo abierto y constructivo entre los actores involucrados, tanto gubernamentales como privados, para garantizar que la Luna no solo sea un destino de exploración, sino también un motor de desarrollo económico.