
Los ministros de Comercio de la Unión Europea han expresado su descontento con el reciente acuerdo comercial entre el Reino Unido y Estados Unidos, advirtiendo que el bloque podría considerar medidas de represalia contra Washington a menos que se logren términos más favorables para Europa. Esta reacción se produce tras un acuerdo limitado alcanzado la semana pasada entre el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro británico Keir Starmer, que mantiene un arancel base del 10% sobre las exportaciones británicas, al tiempo que alivia los aranceles más altos sobre el acero y los automóviles.
Trump ha impuesto una serie de aranceles dirigidos a los fabricantes de automóviles y productores de metales europeos. El 2 de abril, anunció un aumento drástico en todos los productos importados de la UE, aunque posteriormente redujo esa cifra al 10% durante 90 días para permitir tiempo para negociaciones.
Reacciones de la UE
En declaraciones a los periodistas antes de una reunión de ministros de Comercio de la UE en Bruselas, el ministro de Comercio de Suecia, Benjamin Dousa, afirmó: “Si el acuerdo entre el Reino Unido y Estados Unidos es lo que Europa obtiene, entonces Estados Unidos puede esperar contramedidas de nuestra parte.” Dousa añadió que apenas podía calificarlo como un acuerdo comercial, señalando que “el [10%] base sigue presente.”
Las preocupaciones de Dousa fueron respaldadas por su homólogo finlandés, Ville Tavio, quien describió el acuerdo como “no óptimo para el Reino Unido [de ninguna manera].” El ministro de Comercio francés, Laurent Saint-Martin, instó a la cautela, advirtiendo que el bloque debería ser “vigilante” ante la idea de que “detenerse en un 10% de aranceles recíprocos sería una buena noticia.”
Por su parte, el polaco Michal Baranowski declaró que la UE no estaría “contenta con” un acuerdo al estilo del Reino Unido. “Creo que podemos obtener un mejor acuerdo que quedarnos con aranceles bastante altos,” argumentó.
La Comisión Europea presentó la semana pasada una lista de contramedidas que podrían afectar a productos estadounidenses por un valor de 95 mil millones de euros (106 mil millones de dólares) si las conversaciones con Washington se estancan.
El asesor comercial de Trump, Peter Navarro, ha advertido a la UE que sería “un grave error” seguir adelante con sus planes, calificando las medidas de contraproducentes. El bloque había pausado anteriormente la represalia tras la decisión de Washington de no aumentar los aranceles durante tres meses. Esta semana, el comisionado de Comercio europeo, Maros Sefcovic, declaró que había hablado con el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, y acordado intensificar las discusiones.
Si no se alcanza un acuerdo antes de principios de julio, el arancel podría aumentar al 20%, ya que Trump busca reducir el déficit comercial transatlántico, que culpa a la UE. Más allá del acuerdo con el Reino Unido, Washington también ha negociado un retroceso parcial de los aranceles con China. Pekín criticó también el acuerdo entre Londres y Washington esta semana, acusando a Londres de alinearse con Washington bajo presión y argumentando que el acuerdo viola el “principio básico” de que los acuerdos internacionales no deben dirigirse a terceros países.