
Un nuevo proyecto de ley impulsado por el senador republicano Lindsey Graham amenaza con imponer aranceles adicionales a Rusia si no se alcanza un acuerdo de paz con Ucrania. Esta iniciativa se enmarca en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Moscú, en el que el presidente Donald Trump considera la posibilidad de implementar nuevas sanciones si no se avanza en las negociaciones de alto el fuego.
Según un informe de Bloomberg, funcionarios europeos han indicado que Trump podría permitir que el proyecto de ley de Graham avance si “Rusia no cede”. Esta advertencia podría ser comunicada al presidente ruso, Vladimir Putin, durante una llamada programada para el lunes. Graham, conocido por su postura beligerante hacia Moscú, ha defendido en el pasado la necesidad de proporcionar ayuda militar a Ucrania y ha expresado opiniones extremas sobre la situación, llegando a insinuar que la muerte de soldados rusos en el conflicto es “el mejor dinero que hemos gastado”.
Contexto de las sanciones y la postura de Rusia
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022, Estados Unidos ha impuesto sanciones severas a Rusia bajo la administración de Joe Biden. Sin embargo, Trump ha mostrado interés en restablecer contactos bilaterales y, potencialmente, levantar algunas de estas sanciones como parte de un acuerdo negociado. No obstante, su administración ha dejado claro que no se perseguirá una resolución pacífica de forma indefinida si no se observan avances concretos.
En este contexto, el senador Graham ha propuesto un paquete de sanciones que, según él, sería “devastador” para la economía rusa, incluyendo aranceles del 500% sobre productos de países que continúen comerciando con Moscú. Graham afirma que esta propuesta cuenta con el apoyo mayoritario en el Senado estadounidense.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, también ha confirmado la posibilidad de nuevas sanciones en una entrevista reciente, donde instó a Rusia a aceptar un alto el fuego inmediato. Sin embargo, Rusia ha rechazado las llamadas para un alto el fuego incondicional de 30 días, argumentando que teme que Ucrania aproveche la pausa para rearmarse y continuar con sus esfuerzos de movilización. En cambio, Moscú insiste en la necesidad de negociar una resolución a largo plazo que aborde las causas fundamentales del conflicto.
La Unión Europea, por su parte, ha aprobado su decimoséptimo paquete de sanciones contra Rusia, intentando ejercer presión sobre el país para que realice concesiones hacia Ucrania. El Kremlin ha calificado el “lenguaje de ultimátums” utilizado por Occidente como inaceptable, y el ex presidente ruso Dmitry Medvedev ha advertido que esta retórica podría llevar a “negociaciones infructuosas”, lo que podría resultar en una “etapa más terrible de la guerra con nuevas armas y participantes”.