
Un nuevo estudio realizado por científicos planetarios de la Universidad de Brown y la Universidad de Berna ha puesto en tela de juicio una de las pistas más intrigantes sobre la posible existencia de agua en el Marte contemporáneo. Durante años, los científicos han observado extrañas marcas que descienden por los acantilados y paredes de cráteres del planeta rojo, interpretando estas características como flujos líquidos que sugieren la posibilidad de entornos habitables en la actualidad. Sin embargo, la investigación más reciente, que empleó aprendizaje automático para crear y analizar un vasto conjunto de datos sobre estas características, apunta a una explicación diferente: procesos secos relacionados con la actividad del viento y el polvo.
Según Adomas Valantinas, investigador postdoctoral en Brown y coautor del estudio junto a Valentin Bickel, «Nuestro estudio revisó estas características pero no encontró evidencia de agua. Nuestro modelo favorece procesos de formación secos». Este trabajo ha sido publicado en Nature Communications.
Características de las marcas en Marte
Los científicos observaron por primera vez estas extrañas marcas en las imágenes devueltas por la misión Viking de la NASA en la década de 1970. Estas características sinuosas son generalmente más oscuras que el terreno circundante y se extienden cientos de metros por las pendientes. Algunas perduran durante años o décadas, mientras que otras aparecen y desaparecen más rápidamente. Las características de vida corta, conocidas como recurring slope lineae (RSL), parecen manifestarse en los mismos lugares durante las épocas más cálidas del año marciano.
La controversia sobre el origen de estas marcas ha sido un tema candente entre los científicos planetarios. Marte moderno es notablemente seco, y las temperaturas rara vez superan el punto de congelación. Sin embargo, existe la posibilidad de que pequeñas cantidades de agua, tal vez provenientes de hielo enterrado, acuíferos subterráneos o aire anormalmente húmedo, puedan mezclarse con suficiente sal para generar un flujo incluso en la superficie helada del planeta. Si esto fuera cierto, las RSL y las marcas en las pendientes podrían señalar nichos habitables raros en un mundo desértico.
A pesar de estas teorías, otros investigadores han mantenido su escepticismo, argumentando que las marcas son causadas por procesos secos como deslizamientos de rocas o ráfagas de viento, y que solo parecen líquidas en las imágenes orbitales. Con la esperanza de obtener nuevas perspectivas, Bickel y Valantinas emplearon un algoritmo de aprendizaje automático para catalogar la mayor cantidad posible de marcas en las pendientes. Tras entrenar su algoritmo con avistamientos de marcas confirmadas, lo utilizaron para escanear más de 86,000 imágenes satelitales de alta resolución, resultando en un mapa global sin precedentes de marcas en pendientes de Marte que contiene más de 500,000 características de marcas.
Este análisis geoespacial reveló que las marcas en las pendientes y las RSL no están generalmente asociadas con factores que sugieren un origen líquido o por escarcha, como una orientación específica de la pendiente, fluctuaciones altas en la temperatura de la superficie o alta humedad. En cambio, el estudio encontró que ambas características son más propensas a formarse en lugares con velocidades de viento y deposición de polvo superiores a la media, factores que apuntan a un origen seco.
Los investigadores concluyen que las marcas se forman cuando capas de polvo fino se deslizan repentinamente por pendientes pronunciadas. Los desencadenantes específicos pueden variar: las marcas en las pendientes parecen ser más comunes cerca de cráteres de impacto recientes, donde las ondas de choque podrían soltar el polvo de la superficie, mientras que las RSL se encuentran con mayor frecuencia en lugares donde son comunes los remolinos de polvo o deslizamientos de rocas.
Estos hallazgos tienen implicaciones significativas para futuras exploraciones de Marte. Aunque los entornos habitables podrían parecer objetivos atractivos para la exploración, la NASA preferiría mantener su distancia. Cualquier microbio terrestre que pudiera haber llegado a Marte en una nave espacial podría contaminar estos entornos, complicando la búsqueda de vida en el planeta. Este estudio sugiere que el riesgo de contaminación en los sitios de marcas en las pendientes no es motivo de gran preocupación.
Como señala Valantinas, «Esa es la ventaja de este enfoque de grandes datos. Nos ayuda a descartar algunas hipótesis desde la órbita antes de enviar naves espaciales para explorar».