
El reciente recorte de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Moody’s ha desencadenado un fuerte aumento en las compras por parte de inversores minoristas. En la sesión posterior al anuncio, los compradores individuales adquirieron acciones por un valor neto de 4,1 mil millones de dólares, la cifra más alta registrada para ese momento del día, según datos del despacho de operaciones de JPMorgan. Esta tendencia de compra en momentos de caída ha sido evidente durante la reciente volatilidad del mercado.
A pesar de que el S&P 500 experimentó una caída cercana al 1% en su punto más bajo, logró cerrar con una ligera ganancia del 0,09%, gracias a la participación activa de los inversores minoristas, que representaron el 36% del volumen total de operaciones, marcando así otro récord histórico. Este comportamiento refleja un arraigado «buy the dip» entre los inversores de a pie, que han mostrado una notable resistencia y confianza en el mercado.
La Reacción a la Degradación Crediticia
La degradación de la calificación crediticia de Estados Unidos, que pasó de Aa1 a Aaa, ha sido motivada por el creciente peso del déficit presupuestario del gobierno y el aumento de los costos de refinanciación de su deuda, en un contexto de altas tasas de interés. A pesar de este panorama incierto, los inversores minoristas continuaron su oleada de compras, que en abril alcanzó los 40 mil millones de dólares, un récord mensual en medio de las tensiones comerciales impulsadas por políticas proteccionistas.
Por su parte, la reacción del mercado de bonos fue negativa, con un aumento en los precios de las obligaciones y un ascenso en los rendimientos. El rendimiento de los bonos a 30 años superó el 5%, mientras que el de los bonos a 10 años superó el 4,5%. Este escenario refleja una complejidad inherente en los mercados financieros, donde las decisiones de inversión de los ciudadanos pueden contrarrestar las preocupaciones de los expertos en Wall Street.
De acuerdo con JPMorgan, la tendencia observada sugiere que los inversores minoristas y las recompras corporativas están actuando como compradores incrementales en un mercado que sigue en búsqueda de estabilidad. Este fenómeno pone de manifiesto cómo, a pesar de los retos que enfrenta la economía estadounidense, hay quienes siguen apostando por el crecimiento y la recuperación a largo plazo.