
El té es una bebida que ha trascendido culturas y continentes, con una historia que se remonta a casi 5.000 años en la antigua China. Su expansión ha dado lugar a diversas tradiciones y formas de preparación que reflejan las particularidades de cada región. En conmemoración del Día Internacional del Té, que se celebra el 21 de mayo, se exploran algunas de las maneras más emblemáticas de disfrutar esta bebida en diferentes países.
China
Considerada la cuna del té, China alberga prácticas culturales profundamente arraigadas en torno a esta bebida. Una de las formas más reconocidas de preparar té en el país es el ‘Gongfu cha’, que se traduce como ‘hacer té con habilidad’. Este método no solo se centra en la calidad del té, sino también en la ceremonia que lo rodea, requiriendo un conjunto adecuado de té chino y hojas de té de alta calidad. En la región de las Montañas Fenghuang se cultivan los tés Dancong wulong (oolong), cuyas plantas pueden tener hasta 700 años de antigüedad.
Taiwán
El famoso Bubble tea, originario de Taiwán, ha ganado popularidad mundial desde su invención en la década de 1980. Este refrescante té se elabora combinando té, leche, jugo de fruta y bolas de tapioca, conocidas como “boba”. Servido en un vaso transparente con una pajita, el Bubble tea se distingue por su atractivo visual y su sabor dulce.
Argentina
La yerba mate, un té herbal de alta cafeína, es una bebida emblemática de Argentina, con raíces que se remontan a los pueblos indígenas de Sudamérica antes de la colonización europea. Su sabor es fuerte, terroso y amargo, y se prepara sumergiendo hojas secas en agua caliente. Tradicionalmente, se sirve en un recipiente llamado gourd, acompañado de una bombilla, un sorbete de metal.
Reino Unido
El amor por el té es una característica emblemática de la cultura británica. La variedad más popular es el English breakfast, un té negro que se suele servir con leche y, a veces, azúcar. La controversia sobre si añadir la leche antes o después del té ha dividido a la población británica. Cada día se consumen aproximadamente 100 millones de tazas de té en el Reino Unido, y la tradición del ‘afternoon tea’ incluye disfrutar de té acompañado de scones, sándwiches o pasteles entre las 3 y las 5 de la tarde.
Marruecos
El té de menta es una de las bebidas más queridas en Marruecos, elaborado al infusionar té verde con hojas de menta fresca. Ofrecer té a los visitantes es una muestra de hospitalidad, y en ocasiones especiales, se prepara ceremoniosamente frente a los invitados. Un gesto característico del servicio del té en Marruecos es verterlo desde una altura de al menos 30 cm, lo que no solo genera espuma, sino que también simboliza respeto hacia los presentes.
Japón
El matcha, un tipo de té verde en polvo, se prepara de manera diferente a la infusión tradicional, ya que se bate con agua caliente, permitiendo que se consuman las hojas de té. Este método otorga al matcha un sabor intenso y es común que se sirva junto a un dulce japonés conocido como wagashi, que equilibra la amargura del té.
Turquía
Contribuyendo entre el 6% y el 10% de la producción mundial de té, Turquía tiene una cultura del té muy desarrollada. El té negro fuerte es fundamental en la vida cotidiana turca y se prepara en dos teteras apiladas, sirviéndose en vasos con forma de tulipán que permiten apreciar el color del té. En esta tradición, nunca se añade leche, aunque es habitual incluir cubos de azúcar.
Las diversas formas de preparar y disfrutar el té en todo el mundo no solo reflejan la riqueza cultural de cada país, sino también la capacidad de esta bebida para adaptarse y evolucionar a lo largo del tiempo. Cada taza de té cuenta una historia, conectando generaciones y tradiciones en un ritual que sigue siendo relevante en la actualidad.