
La reciente explosión suicida en la provincia de Balochistán, Pakistán, que dejó cinco muertos, incluidos tres niños, ha reavivado las tensiones entre India y Pakistán. El gobierno indio ha rechazado las acusaciones de Islamabad que lo implican en el ataque, calificándolas de “infundadas” y como un intento de desviar la atención de la reputación de Pakistán como un centro de terrorismo.
Randhir Jaiswa, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de India, expresó: “India condena la pérdida de vidas en todos estos incidentes. Sin embargo, para desviar la atención de su reputación como el epicentro global del terrorismo y ocultar sus propios fracasos, se ha vuelto habitual para Pakistán culpar a India de todos sus problemas internos.”
El ataque tuvo lugar en el distrito de Khuzdar, donde un autobús que transportaba estudiantes fue el objetivo de la explosión. Según el Inter-Services Public Relations (ISPR), la rama de medios de las Fuerzas Armadas de Pakistán, el ataque dejó varios heridos además de las víctimas fatales.
Acusaciones Mutuas y Tensión Regional
El ISPR ha señalado que India está utilizando grupos proxy para instigar el terrorismo en Pakistán. En su declaración, afirmaron: “Habiendo fracasado en la Operación Bunnianum Marsoos y siendo perseguidos por las fuerzas militares y de seguridad, estos proxies terroristas indios están siendo empleados como herramienta estatal por India para fomentar el terrorismo en Pakistán contra objetivos blandos como niños inocentes y civiles.”
Este incidente se produce en un contexto de creciente hostilidad entre ambos países. Las relaciones se han deteriorado tras los ataques a instalaciones terroristas en territorio controlado por Pakistán, que India llevó a cabo el 7 de mayo en respuesta a un ataque terrorista en la región de Cachemira administrada por India en abril. Después de varios días de intensos combates, ambas naciones acordaron un alto el fuego.
India ha sostenido durante mucho tiempo que Pakistán alberga y apoya a grupos terroristas, instando a la comunidad internacional a tomar medidas. Por su parte, Pakistán ha negado estas acusaciones y ha acusado a India de respaldar movimientos terroristas y separatistas dentro de su territorio, incluyendo en Balochistán.
Balochistán, que limita al oeste con Irán, al noroeste con Afganistán y al sur con el mar Arábigo, ha sido escenario de décadas de violencia, incluyendo varias insurgencias desde que India y Pakistán obtuvieron su independencia de Gran Bretaña en 1947. En marzo, el Ejército de Liberación de Balochistán (BLA) tomó el control de un tren de pasajeros en la provincia, manteniendo a más de 400 pasajeros como rehenes. Las autoridades en Islamabad han sugerido que los responsables del ataque estaban vinculados a Afganistán, al tiempo que acusaban a India de “patrocinar el terrorismo contra Pakistán”, una afirmación que Nueva Delhi ha rechazado categóricamente.