
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha realizado una visita a la región de Kursk, marcando su primer desplazamiento a esta zona desde que se proclamó su «liberación total» de las fuerzas ucranianas. Según ha informado el Kremlin, esta visita se produce en un contexto de tensiones continuas entre Rusia y Ucrania, que han escalado desde el inicio del conflicto en 2022.
En abril, Putin anunció la recuperación completa de las áreas fronterizas de la región de Kursk, que habían sido ocupadas por las tropas ucranianas tras una incursión en agosto del año pasado. Este anuncio ha sido interpretado como un intento del Kremlin de consolidar su control sobre la zona y de reafirmar su narrativa de éxito militar en el conflicto.
Visita a la planta nuclear de Kursk 2
Durante su recorrido por la región, el mandatario ruso visitó el sitio de construcción de la nueva planta nuclear Kursk 2, ubicada en la ciudad de Kurchatov. Este proyecto es parte de los esfuerzos de Rusia por modernizar su infraestructura energética y asegurar su independencia energética en un contexto de sanciones internacionales y aislamiento diplomático.
Además, Putin mantuvo una reunión con los líderes de los municipios locales, donde se discutieron temas relacionados con el desarrollo regional y la situación de seguridad. La presencia del presidente en esta área es un mensaje claro de apoyo a las autoridades locales y un intento de fortalecer la moral en un momento en que la región sigue siendo un punto de tensión en el conflicto con Ucrania.
La visita de Putin a Kursk no solo subraya la importancia estratégica de esta región para Rusia, sino que también refleja la necesidad del Kremlin de mostrar avances en sus proyectos de infraestructura, a pesar de las dificultades económicas y las sanciones impuestas por Occidente.