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Una tortuga boba de 137 kilos recibe un escáner especial y revela que está embarazada

In Sin categoría
mayo 25, 2025

Una tortuga boba de 137 kilogramos, apodada Pennywise, fue víctima de un accidente marítimo frente a la costa atlántica de Florida. Tras ser rescatada, el equipo veterinario del Loggerhead Marinelife Center en Juno Beach se enfrentó a un desafío inesperado: Pennywise era demasiado grande para los equipos de diagnóstico disponibles en su centro. El hallazgo de la tortuga, que presentaba un trauma considerable en su caparazón, se produjo cuando un grupo de Inwater Research Group la encontró flotando en el océano. Las lesiones, según los veterinarios, tenían aproximadamente un mes de antigüedad y ya habían comenzado a sanar.

Los veterinarios, encabezados por la doctora Heather Barron, decidieron trasladar a Pennywise al Palm Beach Equine Clinic en Wellington, donde el equipamiento diseñado para caballos resultó ser la solución adecuada. Afortunadamente, la máquina de tamaño adecuado permitió realizar un escáner de tomografía computarizada, revelando una sorpresa adicional: la tortuga estaba preñada.

Un caso emblemático de conservación

La doctora Barron expresó su optimismo respecto a la recuperación de Pennywise, enfatizando la importancia de permitirle volver al océano para que pueda desovar. Las tortugas bobas, una especie en peligro de extinción, suelen poner múltiples nidos durante la temporada reproductiva, que en Florida abarca desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre. Este hecho subraya la relevancia de proteger a estas especies en sus momentos más vulnerables.

Los exámenes de imagen mostraron también algún daño en los huesos que rodean la médula espinal, aunque el estado neurológico de la tortuga es alentador, ya que no presenta daño en los nervios. Mientras Pennywise recibe tratamiento con antibióticos de alta potencia, el equipo del centro se mantiene optimista sobre su recuperación y eventual regreso a su hábitat natural.

Sin embargo, la historia de Pennywise también pone de relieve un problema más amplio: las lesiones por colisiones con embarcaciones son un fenómeno evitable y, como indica la doctora Barron, es un claro ejemplo de cómo las acciones humanas pueden impactar negativamente a la fauna marina. Con el inicio de la temporada de anidación, las autoridades del centro de tortugas instan a los navegantes a reducir la velocidad y a ser especialmente cautelosos en lo que se denomina la Zona de Protección de Tortugas Marinas, que se extiende una milla marina (1,6 kilómetros) a lo largo de la costa.

La conservación de especies en peligro, como la tortuga boba, requiere una colaboración activa entre los ciudadanos y las autoridades, dado que cada pequeño esfuerzo puede marcar la diferencia en la preservación de estos majestuosos animales marinos.

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