La competencia en el mercado de coches eléctricos en China se intensifica, con implicaciones significativas para la economía nacional y el panorama automovilístico global. La empresa BYD, un gigante del sector, ha lanzado recientemente una serie de descuentos que alcanzan hasta el 30% en varios de sus modelos de gama baja y vehículos híbridos. Por ejemplo, el compacto Seagull ahora tiene un precio de 55,800 yuanes (aproximadamente 7,750 dólares).
Este movimiento ha generado inquietud en la industria, según Zhong Shi, analista de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de China, quien ha señalado que el sector está experimentando un «shock» considerable. Este fenómeno se produce en un contexto económico donde la demanda de consumo ha mostrado signos de debilidad.
En un intento por estimular el consumo, el gobierno de Pekín ha implementado subsidios para vehículos de nueva energía, que abarcan tanto los coches eléctricos como los híbridos. Sin embargo, este entorno de competencia de precios ha puesto de manifiesto un desequilibrio entre la oferta y la demanda, lo que contribuye a una creciente presión deflacionaria, como ha señalado Robin Xing, economista jefe de China en Morgan Stanley.
Un mercado en transformación
El mercado de coches eléctricos en China ha estado inmerso en una guerra de precios durante los últimos dos años, impulsada en parte por la competencia de Tesla. Sin embargo, la creciente cuota de vehículos eléctricos en el mercado, que ahora representa aproximadamente la mitad de todos los nuevos coches vendidos en el país, ha comenzado a afectar a los fabricantes tradicionales, incluidos aquellos de propiedad estatal.
Wei Jianjun, presidente de Great Wall Motors, advirtió recientemente sobre la posibilidad de una crisis similar a la de Evergrande en el sector automovilístico, comparando el rápido crecimiento de la industria de vehículos eléctricos con la burbuja del inmobiliario en China. Este tipo de alertas subraya la fragilidad del sector, que ha sido un punto brillante en una economía que enfrenta un crecimiento más lento.
Por otro lado, se ha detectado un descenso del precio medio de los coches en China, que ha caído un 19% en los últimos dos años, mientras que los vehículos híbridos han visto una reducción de precios aún mayor, del 27%. En contraste, el mercado automovilístico estadounidense ha experimentado un incremento en los precios, lo que pone de relieve la dinámica competitiva desigual entre estas dos potencias económicas.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades chinas para abordar la competencia no productiva, conocida como «involución», el impulso de los fabricantes para ofrecer coches eléctricos de bajo costo y su expansión hacia mercados internacionales han suscitado preocupaciones sobre el impacto que esto pueda tener en la industria automotriz de otros países. La Unión Europea y Estados Unidos han respondido con aranceles a la importación de vehículos eléctricos fabricados en China, aunque estos esfuerzos han tenido un efecto limitado, ya que BYD ha logrado superar a Tesla en ventas en Europa por primera vez en abril.
