
Las empresas multinacionales de Estados Unidos, Europa y Japón han reportado pérdidas significativas en sus ventas y un aumento en sus costos debido a la naturaleza «errática» de los aranceles impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump. Según un análisis de Reuters, estas medidas han causado pérdidas que ascienden a 34.000 millones de dólares, afectando gravemente a los negocios y tensando las relaciones con aliados clave de Washington, como la Unión Europea.
El informe, basado en las declaraciones de 56 empresas, atribuye estas pérdidas a mayores costos de insumos, disminución de ingresos y la incertidumbre en las cadenas de suministro. Economistas advierten que el costo real podría ser mucho mayor, dado que los efectos colaterales incluyen una inversión más débil, una reducción en el gasto del consumidor y un aumento en los riesgos de inflación.
Impacto de los aranceles en la economía global
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha implementado aranceles de gran alcance bajo el pretexto de proteger la manufactura estadounidense. Esto culminó en sus aranceles de «Día de Liberación» del 2 de abril, que incluyeron un gravamen universal del 10% sobre todas las importaciones y una amenaza de un 50% sobre los productos europeos.
El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, ha afirmado que «la Administración ha mantenido de manera consistente que Estados Unidos, como la mayor economía del mundo, tiene el poder para hacer que nuestros socios comerciales asuman finalmente el costo de los aranceles». Sin embargo, los datos sugieren que son las empresas estadounidenses las que están asumiendo la carga, mientras que las relaciones con los aliados de Washington se han vuelto cada vez más tensas.
La Unión Europea ha preparado contramedidas que afectan a productos estadounidenses por un valor de 100.000 millones de euros, incluyendo automóviles, dispositivos médicos y plásticos. Tras una conversación entre Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se decidió retrasar los aranceles del 50% hasta el 9 de julio para permitir espacio para la negociación.
Empresas como Apple, Ford, Kimberly-Clark y Walmart han advertido sobre el aumento de costos y han rebajado sus previsiones, culpando a la «errática» política comercial de Trump. Por otro lado, General Motors ha sido una de las pocas compañías en respaldar estas medidas, argumentando que los aranceles a la industria automotriz permiten a los fabricantes estadounidenses competir de manera más justa.
Trump ha defendido su estrategia arancelaria como un medio para reubicar empleos y reducir el déficit comercial, afirmando en marzo que «vamos a recaudar cientos de miles de millones en aranceles; nos vamos a volver tan ricos que no sabremos dónde gastar ese dinero».
Según la Tax Foundation, los aranceles impuestos y programados para 2025 se proyecta que generarán 152.700 millones de dólares en ingresos federales, lo que equivale al 0,49% del PIB, la mayor subida de impuestos desde 1993.