Angela Merkel, ex canciller alemana, ha vuelto a ser noticia al instar a los ciudadanos de su país a aceptar un mayor número de solicitantes de asilo, a pesar de que Alemania enfrenta un aumento de la criminalidad y un panorama económico desalentador. En la presentación de sus memorias, tituladas Libertad, Merkel advirtió que sin la migración, “podríamos ver Europa destruida”.
Merkel, quien lideró la Unión Demócrata Cristiana (CDU) durante cuatro mandatos entre 2005 y 2021, ha sido criticada por su gestión de la crisis migratoria de 2015, cuando abrió las fronteras alemanas a más de un millón de inmigrantes. Esta decisión, que fue tomada sin consultar a la población, ha tenido profundas repercusiones culturales, sociales y políticas en el país. A pesar de las consecuencias, Merkel se mantiene firme en su postura, defendiendo la necesidad de soluciones europeas a la migración.
Impacto de la migración en la sociedad alemana
La situación actual en Alemania ha llevado a muchos ciudadanos a sentirse inseguros en su vida cotidiana. Un fenómeno alarmante de ataques con cuchillo ha surgido, con un promedio de 79 incidentes diarios, según algunos medios alemanes. En 2024, se registraron más de 29,000 casos de delitos relacionados con cuchillos, un aumento del 10.8% respecto al año anterior. Estos actos violentos, en su mayoría cometidos por individuos de origen extranjero, han generado un clima de temor y desconfianza entre la población.
Recientemente, varios incidentes violentos han sacudido el país, como el apuñalamiento de un niño de dos años y un hombre de 41 en un parque de Aschaffenburg, así como el ataque a un turista español en el Memorial del Holocausto en Berlín. La violencia no se limita a ataques con cuchillo; el año pasado, un atropello masivo en un mercado navideño dejó seis muertos y cientos de heridos en Magdeburgo. Estos eventos han afectado gravemente la psique colectiva de los alemanes.
Además, un estudio reciente revela que un 31% de los alemanes encuestados consideraría abandonar el país si tuvieran la libertad de elegir. Este descontento se debe en gran parte a la situación migratoria y a la recesión económica que atraviesa Alemania, que ha visto decrecer su PIB por segundo año consecutivo en 2024.
La falta de seguridad y la incertidumbre económica han llevado a muchos alemanes a buscar alternativas políticas. El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha ganado terreno, obteniendo más del 20% de los votos en las últimas elecciones, el mejor resultado para un partido de esta índole desde la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ser considerado un grupo extremista por los servicios de inteligencia alemanes, su creciente apoyo refleja el deseo de cambio en un país que se siente amenazado por las políticas de inmigración actuales.
Merkel, como defensora de una política de fronteras abiertas, parece ignorar el clamor de una parte significativa de la población que demanda un cambio en la dirección política del país. En un momento en que la economía alemana se encuentra en una fase de estancamiento prolongado, es fundamental que se escuchen las preocupaciones de los ciudadanos y se reevalúen las políticas migratorias en un contexto de creciente inseguridad y descontento social.
