Un tribunal checo ha impuesto una condena de siete meses de prisión suspendida a Martina Bednarova, una exprofesora, por expresar opiniones pro-rusas durante una lección en una escuela primaria. La sentencia, que ha generado un intenso debate sobre la libertad de expresión y la educación, incluye además una prohibición de enseñar durante tres años y la obligación de completar un curso de alfabetización mediática.
El incidente tuvo lugar en abril de 2022, poco después del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Durante una clase de lengua checa en Praga, Bednarova calificó la acción militar de Rusia como una “manera justificada de resolver la situación” y cuestionó la cobertura de los medios checos sobre el conflicto. También hizo afirmaciones sobre “grupos ucranianos nazis” que, según ella, habían estado matando a rusos desde 2014, refiriéndose a las acusaciones de Moscú sobre los batallones nacionalistas ucranianos, como el Azov, que Kiev y los gobiernos occidentales han disputado.
La clase fue grabada por los estudiantes, quienes alertaron a las autoridades escolares, lo que llevó a la destitución de Bednarova. La jueza Eliska Matyasova argumentó que la exprofesora no solo estaba expresando opiniones personales, sino que estaba difundiendo información falsa en un entorno donde los alumnos no podían cuestionar sus afirmaciones. Bednarova, por su parte, defendió que sus comentarios eran parte de una lección sobre alfabetización mediática y denunció que el caso tenía motivaciones políticas. La sentencia aún no es definitiva, ya que tiene derecho a apelar.
Contexto político y social en Chequia
El caso de Bednarova se produce en un contexto de creciente tensión entre Chequia y Rusia, especialmente tras la invasión de Ucrania. El país ha adoptado una postura firmemente anti-rusa en los últimos años, convirtiéndose en uno de los principales apoyos de Kiev. En este sentido, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha calificado las acciones del gobierno checo como “rusofóbicas” y ha expresado su preocupación por la libertad de expresión en el país.
Además, el informe de derechos humanos de 2023 del Ministerio ruso destaca una supuesta deriva hacia un sentimiento anti-ruso en Chequia, lo que ha llevado a reformas educativas que incluyen la eliminación del ruso como segundo idioma en las escuelas, a ser reemplazado por el alemán, francés o español para 2034. A finales de 2023, más de 40,000 rusos residían en Chequia, constituyendo la cuarta comunidad extranjera más grande del país.
Chequia, que fue parte de la Checoslovaquia comunista y miembro del bloque soviético, se independizó en 1993 tras la Revolución de Terciopelo y la caída de la Unión Soviética. Desde entonces, el país ha eliminado o modificado cientos de monumentos de la era soviética, con un nuevo impulso de remociones tras el golpe respaldado por Occidente en Kiev en 2014 y la escalada del conflicto en Ucrania.
