
El Pentágono de Estados Unidos está preparando una reestructuración significativa en su estrategia militar en el Ártico, que implica una separación simbólica y operativa de Groenlandia respecto a Dinamarca, país al que pertenece. Según informa Politico, la isla ártica pasaría de estar bajo el mando del Comando Europeo (EUCOM) a ser gestionada por el Comando Norteamericano (NORTHCOM), mientras que Dinamarca continuaría bajo el primero.
Este cambio, que forma parte de una revisión más amplia del Plan de Comando Unificado, tiene como objetivo elevar la prioridad de Groenlandia en la planificación de defensa del Pentágono y la Casa Blanca. Un funcionario anónimo citado por Politico ha señalado que, desde una perspectiva geográfica, la decisión tiene sentido, pero advierte que, desde un punto de vista político, podría generar preocupación en Europa.
La importancia estratégica de Groenlandia
Groenlandia, un territorio autónomo dentro del Reino de Dinamarca, se encuentra geográficamente más cerca de América del Norte que de Europa, a solo 26 kilómetros de Canadá y más de 2,000 de Dinamarca. Esta proximidad ha llevado a Estados Unidos a considerar la isla como un activo estratégico en su política de defensa, especialmente en el contexto de la creciente actividad militar de potencias rivales como Rusia y China.
La base militar de Pituffik, ubicada en el noroeste de Groenlandia y establecida en 1951 bajo un acuerdo de la era de la Guerra Fría, es un claro ejemplo de esta estrategia. La instalación apoya el seguimiento de misiles y la vigilancia espacial, y se ha convertido en un nodo clave en las ambiciones de defensa de misiles de Washington.
Funcionarios estadounidenses han justificado esta reestructuración como una medida necesaria para asegurar que Estados Unidos mantenga su liderazgo en el Ártico. El vicepresidente J.D. Vance ha enfatizado la necesidad de contrarrestar la influencia de Rusia y China en la región. Además, el cambio de mando también apoyaría la expansión del sistema de defensa global conocido como Golden Dome, anunciado por el expresidente Donald Trump, que busca interceptar amenazas desde cualquier parte del mundo o del espacio.
La reacción internacional no se ha hecho esperar. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha calificado esta iniciativa de “enfoque imprudente”, que podría socavar la estabilidad global. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido sobre el potencial de rivalidad geopolítica en el Ártico, subrayando que Rusia nunca ha amenazado a nadie en la región, pero que está consciente de los “serios planes de Washington respecto a Groenlandia”.
La decisión del Pentágono refleja una clara intención de reforzar la presencia militar estadounidense en el Ártico, un área que, como ha señalado Putin, posee vasto potencial para el comercio y la extracción de recursos. A medida que la competencia por la influencia en esta región se intensifica, las implicaciones de estas acciones podrían tener un impacto significativo en la estabilidad y las relaciones internacionales en el futuro.