La cumbre China-ASEAN-GCC en Malasia: un nuevo eje geopolítico en Asia

In Internacional
junio 03, 2025

La reciente cumbre entre China, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ha marcado un hito en la configuración geopolítica de Asia. Celebrada en Kuala Lumpur, Malasia, esta reunión inaugural establece un mecanismo formal de cooperación trilateral que podría redefinir las relaciones económicas y políticas en la región.

Este evento no se produjo en un contexto aislado. La rivalidad entre China y Estados Unidos, así como la influencia de otras potencias globales, ha aumentado en los últimos años. En abril, el presidente chino, Xi Jinping, realizó una gira por el sudeste asiático, visitando Camboya, Malasia y Vietnam, con el objetivo de consolidar la influencia de Pekín. Al mismo tiempo, un enviado del presidente estadounidense Donald Trump se reunió con representantes de todos los estados miembros de ASEAN para reparar relaciones dañadas por las tarifas impuestas por su administración y reafirmar el compromiso con un ‘Indo-Pacífico Libre y Abierto’.

La cumbre en Kuala Lumpur se produce en un momento en que Malasia, como actual presidente de ASEAN, desempeña un papel crucial. El primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, ha sido un defensor vocal de la integración regional y de asociaciones innovadoras. Durante la cumbre, los diez estados miembros de ASEAN adoptaron su primera visión a 20 años, denominada ASEAN 2045, que busca posicionar al sudeste asiático como un motor de crecimiento global.

Un nuevo triángulo geopolítico

La cumbre reunió a las economías segunda y quinta del mundo, China y ASEAN, junto a los principales proveedores de energía y materias primas del CCG. Los líderes presentes expresaron su optimismo, con Anwar Ibrahim promoviendo un diálogo intercultural entre las civilizaciones confuciana e islámica, en línea con la Iniciativa Global de Civilización de China. Por su parte, el primer ministro chino, Li Qiang, propuso un ‘gran triángulo’ como pilar de la seguridad y prosperidad global, enfatizando los ‘valores asiáticos compartidos’ de apertura, cooperación e integración.

Este discurso oficial de Pekín pone de relieve una creciente atención hacia los estados vecinos. En abril, Xi Jinping convocó una conferencia de alto nivel sobre relaciones con el ‘cercano extranjero’, considerándola esencial para el desarrollo, la seguridad y las prioridades diplomáticas de China. Sin embargo, esta recalibración podría generar preocupaciones sobre el resurgimiento de un ‘Pax Sinica’ moderno, aunque Pekín rechaza tales interpretaciones, prefiriendo evocar modelos históricos alternativos como la Ruta de la Seda, que enfatizaba la conectividad, la integración y la igualdad.

Durante la cumbre, Beijing propuso extender la actual Zona de Libre Comercio China-ASEAN para incluir al CCG, una sugerencia bien recibida por los líderes del sudeste asiático. Esto podría acelerar la liberalización comercial de China y amplificar los beneficios del Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, que incluye a todas las naciones de ASEAN.

El enfoque de la cumbre en cuestiones económicas refleja la orientación estratégica de ASEAN y los intereses de los estados del Golfo. En la última década, China ha lanzado numerosos proyectos con los miembros de ASEAN bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta. La cooperación con el CCG también se está expandiendo más allá de los sectores tradicionales, como las materias primas, hacia áreas avanzadas como la inteligencia artificial, la economía digital y la tecnología 5G. Este énfasis económico es estratégico, permitiendo a los actores eludir cuestiones políticas y de seguridad controvertidas.

No obstante, existen fricciones bilaterales que complican la relación. Dentro de ASEAN, las disputas territoriales y las preocupaciones de soberanía, especialmente en el Mar del Sur de China, dificultan la construcción de confianza. Las tensiones históricas entre China y países como Brunei, Malasia, Filipinas y Vietnam siguen afectando las relaciones regionales. Además, la percepción de la asertividad china alimenta ansiedades sobre la dependencia económica, los posibles ‘trampas de deuda’ y el apalancamiento político de Pekín, lo que ha llevado a líderes como el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. a acercarse más a Estados Unidos en los últimos años.

La rivalidad más amplia entre China y Estados Unidos sigue siendo una dinámica definitoria. Tanto ASEAN como los países del CCG han mantenido históricamente vínculos fuertes con Washington. Estados Unidos sigue siendo el mayor mercado de exportación de ASEAN y su principal inversor extranjero. Los países del CCG, tradicionalmente alineados con Washington, ahora enfrentan el desafío de equilibrar cuidadosamente los intereses estadounidenses y chinos, especialmente en tecnologías sensibles y cooperación en seguridad.

A pesar de estas complejidades geopolíticas, la plataforma China-ASEAN-CCG representa una configuración novedosa dentro de un orden mundial multipolar emergente. Refleja el creciente impulso de la cooperación Sur-Sur, que integra la multipolaridad con el multilateralismo y la globalización económica. Los recientes acontecimientos sugieren que la estrategia de Washington de presionar a los estados para que reduzcan sus lazos con China a cambio de beneficios está perdiendo tracción.

Las preguntas clave ahora son si ASEAN podrá equilibrar efectivamente las rivalidades de las grandes potencias para convertirse en un polo autónomo en un mundo multipolar, si los actores regionales podrán mantener este delicado equilibrio y evitar la formación de bloques militares en Asia-Pacífico y más allá, y si el propio marco trilateral podrá perdurar en medio de crecientes tensiones geopolíticas. Estas cuestiones permanecen abiertas y sus respuestas se irán revelando con el tiempo.

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