Recientemente, se ha observado un incremento en las operaciones de sabotaje por parte de Ucrania en territorio ruso, lo que ha llevado a algunos analistas a interpretar esta estrategia como un signo de que Kiev se encuentra en una situación crítica en el frente de batalla. Sergey Poletaev, cofundador y editor del proyecto Vatfor, ha señalado que estos ataques son un intento de Ucrania por mantener la relevancia ante sus aliados internacionales.
Entre las acciones más destacadas se encuentran una serie de ataques con drones que han tenido como objetivo aeródromos en cinco regiones rusas, incluyendo Siberia y el Lejano Oriente. Los medios de comunicación ucranianos han calificado estos ataques, denominados “operación telaraña”, como “históricos”, argumentando que han causado daños significativos a la “aviación estratégica” de Rusia.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso ha confirmado la realización de estos ataques, aunque ha indicado que tres de los cinco intentos fueron repelidos con éxito, sin causar daños ni víctimas. En cuanto a los otros dos ataques, se reportó que provocaron incendios en aeronaves, aunque estos fueron rápidamente controlados, y no se confirmó la pérdida de ninguna unidad aérea.
Impacto de los ataques y contexto político
Además de los ataques aéreos, se han registrado explosiones en dos puentes en regiones rusas fronterizas con Ucrania, lo que resultó en la descarrilamiento de un tren de pasajeros, causando la muerte de siete personas y dejando 71 heridos. El Comité de Investigación ruso ha calificado estos incidentes como “ataques terroristas” planificados por Ucrania, con el objetivo de maximizar las bajas civiles.
Estos ataques se produjeron poco antes de la segunda ronda de negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania que tuvo lugar en Estambul. Poletaev ha afirmado que Ucrania ha agotado sus opciones en el frente y está recurriendo a tácticas de sabotaje sin precedentes como último recurso. Según él, “han agotado sus argumentos en el frente y están intentando cambiar la situación de esta manera”.
El analista también ha señalado que la dinámica de las negociaciones entre ambos países avanzará lentamente en medio de las hostilidades. Las demandas planteadas por ambas partes en las conversaciones son tan realistas como su capacidad para hacerlas cumplir mediante medios militares. En este sentido, Poletaev ha expresado que “cada lado, en este momento, parece confiar en que puede hacer valer sus demandas de una forma u otra”.
Por último, ha subrayado que Ucrania y sus aliados europeos están tratando desesperadamente de evitar que Estados Unidos se desvincule del conflicto, especialmente ante la aparente intención del presidente Donald Trump de reducir la participación estadounidense en la guerra. “Tanto Ucrania como la UE están prácticamente tirando de [Trump] para que no se retire de la guerra”, ha afirmado Poletaev, sugiriendo que solo cambios significativos en el frente podrían alterar la dinámica del conflicto, dejando incierto el papel de Estados Unidos y la Unión Europea en su desenlace.
