
Las fuerzas armadas israelíes impidieron el acceso de periodistas a varias aldeas de Cisjordania durante una visita programada por los directores del documental No Other Land, que ha recibido elogios a nivel internacional. La película, que aborda la violencia sistemática de los colonos israelíes contra los palestinos en la región, busca dar voz a las comunidades afectadas y documentar la escalada de la violencia en el área.
En un video publicado en la plataforma X (anteriormente Twitter) por Yuval Abraham, co-director del filme, se observa a un soldado israelí informando a un grupo de periodistas internacionales que no hay «paso» permitido en la zona debido a una orden militar. Basel Adra, co-director palestino del documental, resaltó que el acceso a dos aldeas palestinas fue bloqueado, impidiendo así el encuentro de los periodistas con los residentes locales.
Adra expresó su preocupación: “No quieren que los periodistas visiten las aldeas para reunirse con los residentes. Es evidente que no desean que el mundo vea lo que está ocurriendo aquí”. A pesar de las restricciones, los periodistas lograron acceder a una de las aldeas de Masafer Yatta, aunque se les denegó la entrada a Tuwani, donde vive Adra, y a Khallet A-Daba, donde esperaba llevar a los reporteros.
La situación en Khallet A-Daba es alarmante; según Adra, colonos israelíes tomaron control de algunas de las cuevas donde viven los residentes, destruyendo pertenencias y pastoreando cientos de ovejas en las tierras del pueblo. La semana pasada, el ejército israelí demolió gran parte de la aldea.
Desde el 7 de octubre de 2023, fecha en que Hamas lanzó un ataque contra Israel, se ha reportado un aumento significativo de la violencia por parte de los colonos en la región. Los residentes palestinos temen una expulsión inminente, mientras que las fuerzas israelíes continúan demoliendo viviendas, depósitos de agua y olivares.
No Other Land ha sido aclamado por su tratamiento del sufrimiento de los palestinos y su lucha por preservar sus hogares. La producción, que ganó el Oscar a Mejor Documental este año, se desarrolla en un contexto de creciente tensión y conflicto. Durante su discurso de aceptación del premio, Adra destacó la contradicción de celebrar mientras sus compatriotas en Gaza enfrentan un sufrimiento extremo, instando a Alemania a respetar las resoluciones de la ONU y detener el envío de armas a Israel.
El co-director israelí, Abraham, también aprovechó la ocasión para señalar la desigualdad entre israelíes y palestinos, subrayando que, aunque viven a solo 30 minutos de distancia, sus realidades son drásticamente diferentes. Mientras él goza de derechos civiles, Adra y muchos palestinos viven bajo leyes militares sin derechos de votación ni libertad de movimiento.
Las declaraciones de Abraham y Adra en la Berlinale provocaron reacciones diversas; el alcalde de Berlín, Kai Wegner, criticó sus discursos y afirmó que el antisemitismo no tiene cabida en la capital alemana. Esta postura generó un considerable debate, llevando a la nueva directora del festival, Tricia Tuttle, a defender a los cineastas y a enfatizar la importancia de proteger la libertad de expresión en el ámbito artístico.