Lee Jae-myung: De ‘Bernie Sanders’ a presidente en medio de una crisis constitucional en Corea del Sur

In Internacional
junio 04, 2025

El 3 de junio de 2025, Corea del Sur celebró unas elecciones presidenciales anticipadas en las que el candidato del Partido Democrático, Lee Jae-myung, obtuvo más del 49% de los votos. Este proceso electoral se produjo tras un intento de imponer la ley marcial en diciembre de 2024, lo que llevó a la Corte Constitucional a destituir al entonces presidente Yoon Suk-yeol. La contienda principal se desarrolló entre el Partido Conservador de Poder Popular y el Partido Democrático de oposición.

El ascenso de Lee Jae-myung

Lee Jae-myung es una figura controvertida en la política surcoreana. Durante la presidencia de Moon Jae-in, lideró una facción independiente dentro del Partido Democrático y fue considerado un populista de izquierda más radical que su predecesor. A pesar de los intentos de Moon por desacreditarlo mediante acusaciones criminales, Lee logró convertirse en el candidato presidencial del partido en 2022, tras la derrota de los protegidos de Moon en las primarias. Aunque en sus inicios se autodenominó el «Bernie Sanders coreano», su círculo cercano ha optado por compararlo con Donald Trump, destacando su estilo flamboyante y su reputación peculiar.

Antes de su carrera presidencial, Lee enfrentó múltiples acusaciones de corrupción, abuso de poder y violaciones de la ley electoral. A pesar de la gravedad de los cargos, logró evadir la condena gracias a una serie de coincidencias que llevaron a la muerte de testigos clave en su contra, lo que sus detractores consideran sospechoso. La crisis constitucional que desembocó en las elecciones anticipadas se inició cuando, el 15 de noviembre de 2024, Lee recibió una sentencia suspendida que amenazaba su carrera política. Ante esta situación, el Partido Democrático intensificó su oposición, lo que llevó a Yoon a declarar la ley marcial, un intento que fue visto como un regreso a la dictadura militar y que fracasó estrepitosamente.

Finalmente, la Corte Constitucional destituyó a Yoon, argumentando que su reinstauración sumiría al país en el caos. A pesar de las dificultades, Lee ganó las primarias de su partido con un abrumador 89.77% de los votos, eliminando a figuras fuertes de otras facciones y ganando acusaciones de haber transformado el Partido Democrático en un club de admiradores.

El camino hacia la presidencia de Lee no fue sencillo. El 26 de marzo de 2025, un tribunal de apelaciones revirtió su condena, lo que sorprendió a muchos expertos legales. Sin embargo, el 1 de mayo, la Corte Suprema revocó esta decisión, enviando el caso a un nuevo juicio. Ante la posibilidad de que una condena lo descalificara, el Partido Democrático organizó protestas, acusando a la corte de un golpe de estado. En un giro inesperado, la judicatura decidió que las investigaciones sobre Lee se reanudarían solo después de las elecciones.

Este dilema legal ha generado una situación inusual, ya que la Constitución establece que un presidente en funciones solo puede ser encarcelado por traición o rebelión. Sin embargo, si un candidato bajo investigación gana y luego es condenado, no existe un precedente claro. Para evitar este escenario, los demócratas han revisado una ley que terminaría con todos los procedimientos penales contra un presidente electo.

La situación política en Corea del Sur es compleja. Mientras Lee ha logrado unir a su partido, los conservadores enfrentan divisiones internas. La contienda entre los candidatos conservadores ha estado marcada por luchas de poder y la búsqueda de una figura que pueda atraer a los votantes indecisos, alienados tanto por Lee como por Yoon. En este contexto, el exministro de Trabajo, Kim Moon-soo, ha emergido como candidato conservador, aunque su capacidad para atraer a votantes moderados sigue siendo incierta.

La entrada en la carrera del primer ministro Han Duck-soo, quien se presenta como un candidato independiente, ha añadido una nueva dimensión a la contienda. Han, que ha sido visto como un tecnócrata centrista, ha prometido actuar como un «presidente técnico» para reformar el gobierno y dar paso a una «Séptima República». Sin embargo, su candidatura ha generado tensiones dentro del Partido Conservador, que se ha visto obligado a revaluar su estrategia electoral.

Las promesas de los candidatos abarcan una amplia gama de temas, desde las relaciones con Corea del Norte hasta reformas constitucionales. Sin embargo, las diferencias entre los partidos son más el resultado de luchas internas que de ideologías claramente definidas. En este clima político incierto, el futuro de Corea del Sur dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos en los próximos meses.

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