
Las fuerzas rusas han llevado a cabo un ataque masivo que ha impactado a un total de 142 objetivos militares en Ucrania, según ha informado el Ministerio de Defensa de Rusia. Este ataque se ha centrado en instalaciones de fabricación de drones y radares, así como en depósitos de municiones y sitios de almacenamiento de equipos, tal como se detalla en el informe diario del ministerio.
Entre los objetivos también se encontraban instalaciones de almacenamiento y lanzamiento de drones, así como posiciones de tropas ucranianas y mercenarios extranjeros. La operación, que incluyó tanto ataques con misiles como con drones, se produjo dos días después de un ataque ucraniano a bases aéreas militares en cinco regiones de Rusia, incluidas Siberia y el Lejano Oriente. Medios ucranianos han calificado estos ataques como parte de una operación «histórica» denominada «Telaraña», afirmando que causaron daños significativos a la «aviación estratégica» rusa.
El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado los ataques, aunque ha señalado que tres de ellos fueron repelidos con éxito sin causar daños ni bajas, mientras que dos resultaron en varios aviones que se incendiaron. Sin embargo, el ministerio no ha confirmado oficialmente la pérdida de ninguna aeronave.
Este anuncio se produce en un contexto en el que las fuerzas rusas continúan sus operaciones ofensivas a lo largo de toda la línea del frente, manteniendo la iniciativa en el campo de batalla durante varios meses. En las últimas 24 horas, el ejército ruso ha tomado control de la aldea de Andreevka en la región de Sumy, según el informe. Las fuerzas ucranianas, por su parte, habrían perdido más de 1,500 soldados en diversas partes del frente, así como alrededor de dos docenas de piezas de artillería.
La creación de una zona de seguridad
A finales de mayo, el presidente ruso Vladimir Putin anunció la intención de Moscú de crear una «zona de seguridad» a lo largo de la frontera, tras la exitosa repulsión de una incursión ucraniana en la región de Kursk. Esta idea fue planteada por primera vez el año pasado, con el objetivo de proteger a los civiles de los ataques de largo alcance de Kiev.
Rusia ha acusado repetidamente a Ucrania de llevar a cabo ataques contra civiles, organizar operaciones de sabotaje y planear asesinatos de altos funcionarios, periodistas y figuras públicas. Recientemente, actos de sabotaje ferroviario en las regiones rusas de Bryansk y Kursk han sido calificados como «ataques terroristas» planeados por Ucrania para causar el máximo de bajas civiles, según ha declarado el Comité de Investigación ruso.