
Las sorprendentes torres de nematodos: Arquitectos microscópicos de la naturaleza
La naturaleza, a menudo vista como un refugio del bullicio urbano, puede revelar secretos fascinantes bajo nuestros pies. En un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y la Universidad de Konstanz en Alemania, se ha observado por primera vez en la naturaleza las impresionantes técnicas de construcción de los nematodos, unos pequeños gusanos que, aunque miden apenas un milímetro, son capaces de formar estructuras verticales que multiplican su tamaño. Tras meses de inspección de peras y manzanas en descomposición, los científicos documentaron cómo estos diminutos arquitectos se apilan uno sobre otro, creando torres que alcanzan hasta diez veces su tamaño individual.
Para comprender mejor la física detrás de estas torres blandas y viscosas, los investigadores llevaron muestras de nematodos conocidos como Caenorhabditis elegans al laboratorio. Allí, observaron que los gusanos podían ensamblarse en pocas horas, extendiendo “brazos” exploratorios que les permitían interactuar con su entorno. Sin embargo, la razón detrás de la formación de estos complejos no estaba clara de inmediato. Los hallazgos, publicados en la revista Current Biology, ponen de manifiesto que incluso los organismos más pequeños pueden plantear grandes interrogantes sobre el propósito evolutivo de sus comportamientos sociales.
Los investigadores exploraron qué motivaba a los nematodos a agruparse, sometiéndolos a estímulos como el contacto físico o la presencia de una mosca. Los resultados mostraron que los gusanos reaccionaban de manera coordinada, acercándose al estímulo y uniendo sus cuerpos. Esta conducta sugiere que los nematodos podrían estar formando torres para facilitar su transporte en los cuerpos de insectos, lo que les permitiría acceder a nuevos terrenos con mayor facilidad. Dado que estos organismos no pueden recorrer grandes distancias por sí mismos, la formación de estas estructuras podría representar una estrategia para aumentar sus posibilidades de supervivencia y reproducción en un entorno donde los recursos son escasos.
Los próximos pasos en esta investigación incluyen determinar si el comportamiento de apilarse es cooperativo o competitivo. Se plantean preguntas sobre si estos nematodos colaboran para ayudarse mutuamente o si, por el contrario, compiten entre sí en un esfuerzo individual. Comparaciones con otras especies que también se agrupan, como las hormigas, podrían ofrecer pistas sobre las normas sociales de los nematodos. A medida que la ciencia avanza en la comprensión de estas complejas interacciones, los descubrimientos en el campo de la biología podrían tener implicaciones no solo para la ecología, sino también para el desarrollo de tecnologías avanzadas, como sistemas de comunicación en robots y drones.