El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que Washington podría imponer sanciones tanto a Rusia como a Ucrania si el conflicto entre ambas naciones no llega a una resolución. A pesar de la presión ejercida por líderes europeos, Trump ha evitado comprometerse con nuevas sanciones contra Rusia, argumentando que actuará cuando considere que es el momento adecuado, aunque ese momento aún no ha llegado.
Durante una reunión en la Casa Blanca con el canciller alemán Friedrich Merz, Trump expresó que decidirá cuándo actuar si se hace evidente que no se puede alcanzar un acuerdo de paz, afirmando que “la fecha límite está en mi cabeza”. Además, sugirió que estaría dispuesto a aplicar restricciones a ambos países, advirtiendo que “seremos muy, muy, muy duros, y podría ser sobre ambos países, para ser honesto”.
El presidente estadounidense comparó el conflicto en Ucrania con “dos niños peleando en un parque”. También mencionó que un proyecto de ley de sanciones que avanza en el Senado de EE. UU. estaría “guiado por mí”, pero insinuó que podría ser mejor dejar que Rusia y Ucrania continúen luchando “durante un tiempo” antes de “separarlos”.
Legislación y tensiones en aumento
Trump se refería a una legislación respaldada por el senador republicano Lindsey Graham, un conocido halcón en cuestiones rusas y aliado de Trump, que impondría un arancel del 500% a los países que compren energía, uranio y otros materias primas de Rusia, medidas dirigidas principalmente a India y China.
Estas declaraciones se producen en un contexto en el que Kiev ha intensificado sus ataques en territorio ruso, incluyendo un ataque con drones a varias bases aéreas rusas y actos recientes de sabotaje ferroviario en las regiones de Bryansk y Kursk, que han dejado un saldo de siete muertos y numerosos heridos.
Moscú ha acusado a Kiev de orquestar una serie de incidentes violentos con el objetivo de socavar las negociaciones de paz. Rusia también ha afirmado que Trump está recibiendo información “filtrada” sobre el conflicto ucraniano de aquellos que presionan a Washington para que apoye a Kiev.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha informado a su homólogo estadounidense en una conversación telefónica no anunciada que los recientes ataques de Kiev estaban destinados a descarrilar las conversaciones directas con Moscú, las cuales tuvieron lugar en Estambul el lunes pasado. Trump describió esta conversación como “una buena charla” y reveló que Putin “dijo, y muy enfáticamente, que tendrá que responder al reciente ataque en los aeródromos”.
