
La cumbre de urgencia convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, en París ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre los países europeos respecto a la guerra en Ucrania. Este encuentro se produce en un contexto donde tanto Estados Unidos como Rusia han dejado a los Veintisiete al margen de las negociaciones para poner fin al conflicto. A pesar de la intención de mostrar unidad, las diferencias sobre un posible envío de tropas al país eslavo en caso de un acuerdo de paz han generado fricciones significativas entre los líderes europeos.
La propuesta de enviar tropas fue planteada por el líder británico, Keir Starmer, en un artículo publicado en el ‘Daily Telegraph’, y respaldada por la ministra de Exteriores sueca, Maria Malmer Stenergard. Sin embargo, esta idea encontró una fuerte oposición. El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó la propuesta de «altamente inapropiada», argumentando que Ucrania sigue inmersa en una «guerra brutal«. Por su parte, el presidente español, Pedro Sánchez, consideró «prematuro» discutir esta posibilidad en un momento en que «todavía hay guerra». El primer ministro polaco, Donald Tusk, también se opuso a la idea.
Implicación activa de Europa y Ucrania
A pesar de las divisiones, los líderes presentes en la cumbre coincidieron en la necesidad de que tanto Ucrania como Europa participen activamente en las conversaciones de paz. Sánchez subrayó la importancia de reforzar el orden multilateral y de que la UE salga reforzada de este conflicto. En esta línea, tanto el presidente del Consejo Europeo, António Costa, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizaron que Ucrania «merece una paz a través de la fuerza«, que respete su independencia y soberanía, y que incluya fuertes garantías de seguridad.
Otro de los temas abordados en la cumbre fue el gasto en defensa. Scholz defendió que los países de la UE que deseen gastar más del 2% de su PIB en defensa no deberían verse limitados por las reglas del déficit público impuestas por Bruselas. Esta postura se alinea con el plan de Macron, que aboga por la creación de eurobonos para financiar el gasto en defensa. Sánchez también apoyó la idea de «flexibilizar» las normas de la UE para permitir un mayor gasto en seguridad y defensa.
La desconfianza entre los líderes europeos es palpable, especialmente en un contexto donde Kiev y los líderes europeos temen ser excluidos de las negociaciones de paz. Esta preocupación se intensificó tras la reciente llamada entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladímir Putin, lo que ha llevado a una mayor inquietud en torno a la capacidad de Europa para influir en el proceso de paz.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha expresado su preocupación por la intención de Estados Unidos de «complacer a Putin», calificando de «débil» la capacidad defensiva europea. En este contexto, Macron ha reafirmado su compromiso con la defensa europea, insistiendo en que «no seremos capaces de ayudar eficazmente a Ucrania si no tomamos de inmediato medidas concretas sobre nuestras propias capacidades de defensa».
La reunión de París, rodeada de un gran hermetismo, reafirma el papel de Francia como un actor clave en las negociaciones del conflicto. Macron ha sido uno de los líderes más activos en la búsqueda de una solución pacífica, aunque hasta ahora sin éxito. La presión sobre Europa para que replantee su inversión en defensa se intensifica, y la cumbre ha dejado claro que la unidad y la acción conjunta son esenciales para abordar los desafíos que plantea la guerra en Ucrania.