El mercado inmobiliario de Estados Unidos continúa mostrando signos de debilidad, ante un contexto de tasas hipotecarias persistentemente altas, precios elevados y una oferta limitada de viviendas. En enero, las ventas de casas de segunda mano cayeron un 4,9% en comparación con el mes anterior, alcanzando 4,08 millones de unidades, según datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR). Este descenso fue mayor al pronóstico de una caída del 2,6% que esperaban los analistas.
Si bien las ventas fueron un 2% más altas que en enero de 2024, la actividad se mantiene en niveles de aproximadamente 15 años atrás. Esta disminución en las ventas se produce a pesar de que las tasas hipotecarias bajaron de más del 7% a la franja del 6% en noviembre y diciembre, lo que indica que muchos contratos se firmaron en ese periodo.
Desafíos de la asequibilidad y la oferta
Lawrence Yun, economista jefe de la NAR, señala que las tasas hipotecarias no han mostrado cambios significativos en varios meses, a pesar de las reducciones en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Esta situación, combinada con los altos precios de las viviendas, pone de relieve que la asequibilidad sigue siendo un reto importante para los potenciales compradores.
Al finalizar enero, había 1,18 millones de casas en venta, lo que representa un aumento del 3,5% respecto a diciembre y del 17% en comparación con enero de 2024. Aunque la oferta está creciendo, la disponibilidad actual se sitúa en un suministro de 3,5 meses, muy por debajo del equilibrio de seis meses que se considera saludable entre compradores y vendedores.
El tiempo promedio que una vivienda estuvo en el mercado durante el mes pasado fue de 41 días, la cifra más alta desde enero de 2020, antes de la pandemia. La presión sobre los precios se mantiene, con un precio medio de venta de 396,900 dólares en enero, lo que representa un aumento del 4,8% respecto al año anterior y la cifra más alta registrada para este mes.
Un 15% de las viviendas se vendieron por encima del precio de lista, lo que se mantiene prácticamente sin cambios desde el año anterior. Esto sugiere que, a pesar de la incertidumbre, los compradores más cualificados siguen activos en un mercado que se vuelve cada vez más competitivo.
Las ofertas en efectivo representaron un 29% de las ventas, un porcentaje históricamente alto, aunque un poco inferior al 32% del año pasado. Los compradores primerizos continúan enfrentando dificultades, representando solo el 28% de las ventas, un porcentaje que, aunque se mantiene constante, está por debajo del promedio histórico del 40%.
Es notable que las ventas de viviendas en los sectores de precios más altos están experimentando un mejor desempeño, mientras que las de menor precio están en descenso. Por ejemplo, las ventas de casas valoradas entre 100,000 y 250,000 dólares cayeron un 1,2% interanual, mientras que las de viviendas de más de un millón de dólares aumentaron casi un 27% en el mismo periodo.
A pesar de la creciente oferta, los agentes inmobiliarios reportan que el tráfico de compradores en enero fue débil, lo que indica que aunque el mercado presenta oportunidades, la incertidumbre económica y la accesibilidad siguen siendo barreras significativas para muchos.
