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Recientemente, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado el debate sobre la posibilidad de un tercer mandato, a pesar de que la Enmienda 22 de la Constitución estadounidense prohíbe a cualquier persona ser elegida para la presidencia más de dos veces. Durante un evento en la Casa Blanca, Trump lanzó la provocadora pregunta: “¿Debería presentarme otra vez?”, a lo que el público respondió con vítores de “¡cuatro años más!”. Esta declaración, aunque en un tono aparentemente jocoso, ha generado inquietud entre analistas políticos y ciudadanos.
No lejos de allí, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), su asesor Steve Bannon también abordó la cuestión, afirmando que “el futuro de MAGA es Donald Trump” y expresando su deseo de que Trump se postule en 2028. Bannon sugirió incluso que podría haber formas de eludir la enmienda constitucional, lo que añade un matiz preocupante a la conversación.
Contexto de la Enmienda 22
La Enmienda 22, ratificada en 1951, establece que “ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces”. Esta enmienda fue promulgada tras la elección de Franklin Delano Roosevelt para un cuarto mandato, un hecho que llevó a los legisladores a establecer límites claros sobre la duración del mandato presidencial. Sin embargo, la retórica actual de Trump y sus aliados sugiere un intento de reinterpretar o incluso desafiar esta norma.
Recientemente, Trump ha intensificado su retórica, haciendo comentarios que parecen desafiar los límites constitucionales. En un mensaje en redes sociales, celebró la eliminación de un peaje urbano en Nueva York con la frase “¡Larga vida al rey!”, lo que ha sido interpretado como un intento de consolidar su imagen de líder autoritario. Además, sus declaraciones sobre la legalidad de “salvar a su país” han generado controversia y preocupación sobre su interpretación de la ley.
Por su parte, el congresista republicano Andy Ogles ha presentado una resolución para enmendar la Constitución y permitir que una persona sea elegida para la presidencia hasta tres veces. Aunque esta propuesta carece de posibilidades reales de éxito, ya que requeriría el apoyo de dos tercios de las cámaras y la ratificación de 38 estados, ha encontrado respaldo entre algunos sectores del Partido Republicano, lo que indica un cambio en la narrativa política.
La conversación sobre un posible tercer mandato de Trump no solo refleja la ambición del expresidente, sino también un intento más amplio de algunos sectores de la derecha estadounidense de desafiar las normas democráticas establecidas. La estrategia parece ser desensibilizar a la opinión pública y normalizar ideas que, en otras circunstancias, serían consideradas inaceptables.
A medida que se desarrollan estos acontecimientos, es evidente que la figura de Trump sigue siendo polarizadora y que su influencia en el Partido Republicano se mantiene fuerte. La posibilidad de un tercer mandato, aunque legalmente cuestionable, continúa siendo un tema de debate que podría tener repercusiones significativas en el futuro político de Estados Unidos.