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Un reciente estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha revelado que la implementación del plan de Corredores Verdes en la ciudad podría prevenir hasta 178 muertes prematuras al año. Este análisis, publicado en la revista Environment International, subraya la importancia de aumentar los espacios verdes en un entorno urbano cada vez más denso y caluroso.
Beneficios de los espacios verdes
Los espacios verdes son reconocidos por sus múltiples beneficios para la salud física y mental, incluyendo la reducción de la mortalidad prematura. El estudio destaca que la creación de corredores verdes, que implicaría convertir cada tercera calle de Barcelona en un espacio verde, no solo mejoraría la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también ayudaría a mitigar los efectos de las islas de calor urbanas, un fenómeno que se intensifica con el cambio climático.
El análisis se basa en datos del año 2019, antes de la hipotética implementación del plan, incluyendo estadísticas de mortalidad y mapas de espacios verdes proporcionados por la Agencia Europea de Medio Ambiente. Se estima que, con la ejecución del plan, el área dedicada a espacios verdes en la ciudad aumentaría del 7,3% al 10,9%, lo que representaría un incremento del 3,64% en la superficie verde.
Según los investigadores, aunque el aumento en términos porcentuales es modesto, su impacto en la salud de la población podría ser significativo, evitando 13 muertes por cada 100,000 habitantes. Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal, subrayó la necesidad de una distribución equitativa de estos espacios, ya que actualmente, la mayoría de ellos se encuentran en las periferias de la ciudad.
Además, el estudio también estima que, durante los meses de olas de calor, la presencia de árboles y jardines podría prevenir hasta cinco muertes relacionadas con la temperatura al mes, lo que resalta la urgencia de adoptar medidas que aborden los efectos adversos del aumento de las temperaturas urbanas.
En un contexto donde el cambio climático y el envejecimiento de la población son preocupaciones cada vez más relevantes, el estudio concluye que la creación de espacios verdes no solo reduciría la mortalidad, sino que también contribuiría a mejorar la calidad del aire y fomentar un estilo de vida más activo.
Ante la postergación del plan de Corredores Verdes, los investigadores analizaron el Plan Director Urbanístico Metropolitano (PDUM) como una alternativa. Este plan tiene como objetivo aumentar el área destinada a espacios verdes para el año 2030, pero sus beneficios en términos de salud serían más limitados, previniendo solo 53 muertes prematuras al año. Esto se debe a que las intervenciones del PDUM son más localizadas y no garantizan una distribución equitativa de los beneficios entre todos los ciudadanos.
Los resultados del estudio de ISGlobal refuerzan la idea de que cualquier intervención urbanística que busque aumentar los espacios verdes en la ciudad no solo debe centrarse en la reducción de la mortalidad, sino también en la mejora de la calidad de vida en general, abordando problemáticas como la contaminación del aire y el ruido.