
Ben Kjar, un luchador estadounidense, ha recorrido un camino poco convencional hacia el éxito en el deporte, marcado por su lucha diaria con el síndrome de Crouzon, un trastorno genético que afecta el crecimiento de los huesos del cráneo. Su historia se narra en el nuevo documental Standout: The Ben Kjar Story, dirigido por Tanner Christensen, que se estrenó en el Festival de Cine Slamdance en Los Ángeles el 23 de febrero.
Nacido en Utah, Kjar, de 41 años, llegó al mundo en condiciones críticas, lo que llevó a su familia a enfrentarse a retos desde sus primeros días. Su padre, Scott, recuerda que al nacer, Ben parecía «casi sin vida» y su madre, Stana, describe cómo luchó por cada respiración en sus primeros meses de vida.
A pesar de los desafíos, incluido el riesgo de lesiones en deportes de contacto, Kjar siempre mostró un interés por el deporte, en particular por la lucha. Aunque sus padres inicialmente evitaron inscribirlo en actividades deportivas debido a preocupaciones médicas, el deseo de Ben de ser parte del mundo del deporte fue más fuerte. Durante un torneo de lucha en el que acompañó a su hermano mayor, se unió a la competición de manera improvisada, compitiendo contra varios niños y ganando una medalla especial por su participación.
La película documenta cómo su familia, en lugar de tratarlo como un niño frágil, lo apoyó y alentó a participar en una variedad de actividades, lo que contribuyó a su desarrollo emocional y autoestima. Aunque al principio le costó mantenerse al día con sus compañeros debido a su condición, su dedicación y esfuerzo le llevaron a convertirse en campeón estatal en tres ocasiones y en All-American de la NCAA en la División I.
El documental no solo aborda el aspecto deportivo, sino también el impacto emocional de vivir con una diferencia craniofacial. Para ilustrar su infancia, Kjar y Christensen eligieron contratar a un niño actor con el síndrome de Crouzon que se asemejara a Ben, lo que permitió mostrar de manera auténtica las experiencias de acoso escolar y la lucha por la aceptación.
La narrativa sigue un enfoque cronológico, comenzando con el nacimiento de Ben y culminando en su vida actual como padre de tres hijos y orador motivacional. Ben comparte cómo, a lo largo de su vida, su deseo de ser «normal» se ha transformado en un orgullo por ser quien es, destacando la importancia de aceptarse a uno mismo y celebrar las diferencias individuales.
Hoy en día, Ben utiliza su historia de superación para inspirar a otros que se sienten diferentes, animándolos a encontrar la paz interna y a abrazar su singularidad. Su mensaje resuena en un mundo donde la aceptación y la diversidad son más relevantes que nunca, ofreciendo una perspectiva valiosa sobre el verdadero valor de ser uno mismo.