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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha emitido una dura crítica hacia los países de la Unión Europea que apoyan a Ucrania, afirmando que su postura beligerante los convierte en actores no aptos para participar en el proceso de paz. Según el ministerio, la insistencia de estos países en promover narrativas divisivas perjudicará sus propias relaciones con la comunidad internacional.
La declaración se produce en el contexto de las dos resoluciones competidoras sobre Ucrania que fueron presentadas en la Asamblea General de la ONU para conmemorar el tercer aniversario del conflicto entre Moscú y Kiev. Una de estas resoluciones, impulsada por Ucrania y sus aliados europeos, condena a Rusia por sus acciones en el conflicto.
Desde el Kremlin se ha señalado que las acciones de los países europeos que apoyan activamente a Ucrania demuestran que han “emprendido firmemente un camino de militarismo” y han “perdido el derecho” a participar en la resolución del conflicto. Esta postura se enmarca en un contexto más amplio de tensiones internacionales, donde el apoyo a Ucrania ha sido objeto de debate y controversia.
Reacciones a las Resoluciones en la ONU
Moscú ha criticado la resolución presentada por Kiev, acusándola de “reciclar acusaciones infundadas y ultimátums contra Rusia”, así como de ignorar las causas subyacentes de las hostilidades actuales. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, la resolución busca aumentar el apoyo internacional hacia la denominada “fórmula de paz de Zelensky”, que se basa en una serie de demandas que Rusia ha calificado de inaceptables.
La resolución de Kiev recibió un apoyo notablemente bajo en la Asamblea General de la ONU, donde más de la mitad de los miembros no la respaldaron. De los 193 países que componen el organismo, 93 votaron a favor, 18 en contra y 65 se abstuvieron, mientras que el resto no participó en la votación.
Por otro lado, la resolución alternativa presentada por Estados Unidos, que en un principio solo expresaba pesar por la pérdida de vidas en el conflicto, fue transformada en un “panfleto anti-ruso” debido a enmiendas introducidas por los aliados europeos de Kiev. El ministerio ruso ha declarado que “el sentido de la iniciativa fue distorsionado hasta el punto en que ni siquiera sus propios autores estadounidenses pudieron respaldar el documento”.
Las acciones de los países europeos que apoyan a Ucrania, según Moscú, van en contra de la voluntad de la comunidad internacional, que busca una resolución rápida del conflicto. El ministerio advierte que estos países podrían terminar “en aislamiento” debido a su postura agresiva.
En este contexto, la retórica de la Unión Europea ha aumentado en agresividad, especialmente tras el anuncio de Moscú y Washington sobre la restauración de relaciones y el trabajo conjunto para resolver el conflicto en Ucrania. Recientemente, el bloque adoptó su decimosexta ronda de sanciones relacionadas con Ucrania, coincidiendo con el aniversario del inicio de la operación militar rusa contra las fuerzas de Kiev en febrero de 2022.
Por su parte, la nueva administración estadounidense ha cambiado su enfoque hacia Ucrania. El presidente Donald Trump ha señalado que el líder ucraniano, Volodymyr Zelensky, es responsable de la escalada del conflicto y ha declarado que su participación en las reuniones entre Washington y Moscú no es necesaria. Esta postura ha sido criticada por la diplomática europea y ex primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, quien acusó a Estados Unidos de adoptar un “narrativa rusa” y subrayó que Bruselas debe “apoyar a Ucrania ahora más que nunca”.