
Desde 1996, la pena de muerte se encuentra bajo un moratorio en Rusia, y el presidente Vladimir Putin ha descartado su reintroducción. Sin embargo, un reciente sondeo del Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia (VCIOM) revela que casi la mitad de los rusos se manifiestan a favor de reinstaurar esta medida.
La pena capital fue suspendida en Rusia en 1996, cuando el país buscaba unirse al Consejo de Europa. En 1999, el Tribunal Constitucional ruso estableció un moratorio sobre la pena de muerte, el cual se extendió indefinidamente en 2009. A pesar de ello, la práctica nunca ha sido completamente abolida. Tras la retirada de Moscú del Consejo de Europa en 2022, el debate sobre la posibilidad de levantar el moratorio ha cobrado nuevo impulso entre políticos, legisladores y figuras públicas rusas.
Resultados del Sondeo
En su estudio más reciente, que encuestó a aproximadamente 1,600 rusos mayores de 18 años, VCIOM encontró que la pena de muerte sigue siendo un tema significativo para la mayoría de los encuestados, con un 73% de ellos considerándolo un asunto importante. Además, el número de personas que considera el tema como “extremadamente importante” ha aumentado del 28% en 2010 al 36% en 2025.
Según la encuesta, casi la mitad de los encuestados (49%) se mostró a favor de reinstaurar la pena de muerte, mientras que alrededor de una cuarta parte (26%) prefirió mantener el moratorio. Solo un 15% argumentó que la pena capital debería ser completamente abolida, y un 10% se mostró indeciso.
Los encuestadores señalaron que el apoyo a la reinstauración de la pena de muerte aumenta con la edad de los encuestados. Entre aquellos nacidos entre 1948 y 1967, el 62% se manifestó a favor de levantar el moratorio. Por otro lado, el apoyo a mantener el moratorio fue más fuerte entre quienes nacieron entre 1982 y 2000, mientras que la abolición total fue respaldada principalmente por aquellos nacidos después de 2001.
A pesar de la creciente presión pública, el presidente Putin ha reiterado que no se busca reintroducir la pena de muerte. En diciembre, enfatizó que, a pesar de los llamados para regresar a esta medida, Moscú no tiene intención de reinstaurarla y, en cambio, busca liberalizar aún más el código penal nacional para reducir el número de convictos.
Varios legisladores rusos han señalado que la reintroducción de la pena de muerte sería legalmente imposible, ya que la prohibición fue emitida por el Tribunal Constitucional, cuyas decisiones no pueden ser revocadas por ninguna de las cámaras del parlamento ruso. El presidente del Tribunal Constitucional, Valery Zorkin, ha explicado que, según la Constitución rusa, todos tienen derecho a la vida, lo que garantiza “el derecho a no ser condenado a muerte.” Ha sugerido que la reintroducción de esta medida requeriría la adopción de una nueva constitución.