La reciente aprobación del “tartan de las brujas de Escocia” marca un hito en la conmemoración de las víctimas de la Ley de Brujería, que estuvo vigente en Escocia entre 1563 y 1736. Este nuevo diseño, registrado oficialmente el 11 de febrero, busca rendir homenaje a las miles de personas, en su mayoría mujeres, que fueron perseguidas y ejecutadas bajo esta normativa que definía la brujería como un delito.
La Ley de Brujería condujo a la ejecución y quema de miles de personas, un capítulo oscuro que refleja la misoginia y el deseo de controlar la medicina popular, así como a quienes practicaban la partería. La creación del nuevo tartán es parte de una campaña más amplia para resaltar estas injusticias históricas y para recordar la necesidad de abordar las desigualdades de género que aún persisten en la actualidad.
El diseño del tartán ha sido elaborado por Clare Campbell, fundadora del taller Prickly Thistle, y está compuesto principalmente por los colores negro, gris y rojo. Cada uno de estos colores tiene un significado simbólico: el negro y el gris representan la tristeza y el luto por las vidas perdidas, mientras que el rojo simboliza el derramamiento de sangre. Además, el tartán incorpora un recuento de hilos que representa los años de vigencia de la ley, así como los objetivos de la campaña: un perdón legal, una disculpa formal y la creación de memoriales nacionales para honrar a los condenados y ejecutados.
Desde su fundación en 2020, el grupo “Witches of Scotland”, liderado por Claire Mitchell KC y Zoe Venditozzi, ha luchado por la justicia y el reconocimiento de estas víctimas. En marzo de 2022, la entonces Primera Ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, reconoció públicamente la injusticia histórica y emitió una disculpa formal, aunque hasta la fecha no se ha otorgado ningún perdón oficial a las víctimas. Sturgeon subrayó la importancia de reconocer la injusticia, independientemente de su antigüedad, y destacó que, aunque la Ley de Brujería ha sido abolida, la misoginia que la motivó sigue presente en la sociedad contemporánea.
Este nuevo tartán no solo busca ser un símbolo de recuerdo, sino también un “memorial vivo” que fomente la reflexión sobre la violencia de género y la persecución que, en diversas formas, aún sufren muchas mujeres en el mundo. La iniciativa pone de relieve la necesidad de un enfoque crítico hacia las injusticias del pasado y su resonancia en los problemas actuales relacionados con la igualdad de género y el respeto por los derechos humanos.
