La inversión de la curva de tipos: un nuevo aviso de recesión en EE. UU.

In Economía
febrero 26, 2025

En los últimos días, el mercado de bonos estadounidense ha mostrado señales que históricamente se han correlacionado con la llegada de recesiones económicas. En particular, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años ha caído por debajo del rendimiento del bono a 3 meses, un fenómeno conocido como «curva de rendimiento invertida». Este indicador ha tenido un historial notable a la hora de predecir recesiones, ya que ha mostrado una alta fiabilidad en períodos de 12 a 18 meses.

El análisis del Banco de la Reserva Federal de Nueva York considera la relación entre estos rendimientos tan relevante que proporciona actualizaciones mensuales sobre las probabilidades de que se produzca una recesión en los próximos 12 meses. A finales de enero, cuando la diferencia entre el rendimiento del bono a 10 años y el de 3 meses era de aproximadamente 0.31 puntos porcentuales, la probabilidad de recesión se situaba en un 23%. Sin embargo, con la reciente inversión de la curva, se espera que esta cifra aumente significativamente.

Expectativas económicas y políticas monetarias

La expectativa de una posible recesión surge de la suposición de que la Reserva Federal podría reducir las tasas de interés a corto plazo en respuesta a una contracción económica futura. Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM, comentó que esta tendencia podría reflejar una actitud más cautelosa por parte de los inversores, ante los temores de un descenso en la actividad económica. Sin embargo, la historia reciente muestra que tales señales no siempre se traducen en recesiones inmediatas; por ejemplo, la última inversión de la curva se produjo en octubre de 2022, y aún no se ha materializado una recesión en los dos años siguientes.

El reciente aumento en el rendimiento de los bonos a 10 años, que se produjo tras las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, había sido interpretado como una señal de optimismo sobre el crecimiento económico. Sin embargo, la incertidumbre en torno a las políticas comerciales del actual gobierno, que se centran en tarifas elevadas, ha generado inquietudes entre los inversores sobre el posible aumento de la inflación y cómo esto podría afectar al crecimiento económico.

A pesar de las preocupaciones, la mayoría de los datos económicos «duros», como los indicadores del consumo y del mercado laboral, han mantenido una tendencia positiva, incluso en medio de un sentimiento más pesimista entre consumidores e inversores. Encuestas recientes, como la realizada por la Universidad de Michigan, revelan que las expectativas sobre la inflación a largo plazo se sitúan en su nivel más alto desde 1995, mientras que el índice de expectativas del Conference Board también ha caído a niveles que sugieren la posibilidad de una recesión.

En este contexto, los mercados se están ajustando a un panorama de actividad económica más débil. Los operadores están anticipando al menos un recorte de medio punto porcentual en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal este año, un indicativo de que el banco central podría optar por relajar su política a medida que la economía se enfríe. Chris Rupkey, economista jefe en FWDBONDS, advierte que la inversión de la curva es un signo de que la economía no es tan robusta como se había previsto al inicio de la administración actual.

Sin embargo, es importante señalar que la falta de señales claras de desempleo podría indicar que no se está en el umbral de una recesión inminente. La relación entre la salud del mercado laboral y la economía es fundamental para comprender la posibilidad de una desaceleración significativa. En este sentido, los datos actuales sugieren que, aunque hay motivos para ser cautelosos, aún no hay indicios definitivos de que un retroceso económico esté a la vista.

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