La NASA ha anunciado el lanzamiento de su misión Lunar Trailblazer, programado para el 26 de febrero de 2025. Este pequeño satélite tiene como objetivo resolver el enigma sobre la ubicación y la naturaleza del agua en la Luna. Lunar Trailblazer se unirá a la misión IM-2 de Intuitive Machines, como parte de la iniciativa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) de la NASA. Se espera que el satélite tome varios meses en alcanzar su órbita lunar.
La misión Lunar Trailblazer se centrará en la creación de mapas detallados que ayudarán a los científicos a comprender mejor la distribución y las propiedades del agua lunar, así como su evolución a lo largo del tiempo. A continuación, se presentan seis aspectos clave sobre esta ambiciosa misión.
1. Producción de mapas de alta resolución del agua lunar
Uno de los descubrimientos más significativos en las últimas décadas ha sido la detección de agua en la superficie lunar, aunque su naturaleza sigue siendo en gran medida desconocida. Lunar Trailblazer se dedicará a identificar la ubicación del agua, su forma, su cantidad y cómo cambia con el tiempo. Esta misión producirá los mapas más precisos sobre el agua en la superficie lunar, contribuyendo también a la comprensión de los ciclos del agua en cuerpos sin atmósfera a lo largo del sistema solar.
2. Instrumentos científicos avanzados
Para alcanzar sus objetivos, Lunar Trailblazer cuenta con dos instrumentos científicos de última generación: el espectrómetro HVM3 (High-resolution Volatiles and Minerals moon Mapper) y el imager LTM (Lunar Thermal Mapper). El primero, desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, detectará y mapeará las «huellas espectrales» de los minerales y las diversas formas de agua en la superficie lunar. Por su parte, el LTM, construido por la Universidad de Oxford, se encargará de mapear las propiedades térmicas y minerales del mismo paisaje. Juntos, estos instrumentos ofrecerán un panorama sobre la abundancia y localización del agua, así como su distribución a lo largo del tiempo y la temperatura.
3. Trayectoria eficiente hacia la Luna
Lunar Trailblazer, que pesa 200 kilogramos y mide 3,5 metros de ancho con sus paneles solares desplegados, emprenderá un viaje que puede durar entre cuatro y siete meses, dependiendo de la fecha de lanzamiento. Su trayectoria ha sido diseñada para maximizar la eficiencia, utilizando la gravedad de la Tierra, la Luna y el Sol para alcanzar su órbita científica, un método conocido como transferencia de baja energía.
4. Exploración de regiones oscuras en el Polo Sur lunar
El satélite se posicionará para investigar los cráteres del Polo Sur lunar, que presentan «trampas frías» que podrían no haber recibido luz solar directa durante miles de millones de años. Estas áreas son potenciales refugios para agua congelada. El espectrómetro HVM3 está diseñado para captar la tenue luz reflejada en las paredes de los cráteres, permitiendo observar el fondo incluso en regiones permanentemente sombreadas. Si se confirma la existencia de cantidades significativas de hielo en estas áreas, podrían convertirse en recursos valiosos para futuras misiones lunares.
5. Un enfoque de alto riesgo y bajo costo
Lunar Trailblazer fue seleccionada en 2019 como parte del programa SIMPLEx (Small Innovative Missions for Planetary Exploration) de la NASA, que busca facilitar misiones científicas de bajo costo. Este programa permite asumir un mayor riesgo y reduce los requisitos de supervisión y gestión, lo que permite a la NASA llevar a cabo investigaciones que de otro modo serían inviables.
6. Beneficios para futuras misiones
El mapeo del agua lunar es crucial para las próximas misiones humanas y robóticas. Con la información proporcionada por Lunar Trailblazer sobre la ubicación del agua, los astronautas podrían procesar el hielo lunar para generar agua potable, oxígeno respirable o incluso combustible. Además, podrían llevar a cabo experimentos científicos muestreando el hielo para su análisis posterior, lo que ayudaría a determinar los orígenes del agua.
