El término «nepo baby» se ha vuelto omnipresente en los últimos años, especialmente desde que la revista New York Magazine expuso el fenómeno de los hijos de celebridades que alcanzan el éxito en la industria del entretenimiento. Este debate cultural sobre el nepotismo ha cobrado fuerza, especialmente en un contexto de creciente desigualdad y concentración de riqueza entre una élite reducida tanto en Estados Unidos como a nivel global.
Todo comenzó con un tuit viral que identificó a Maude Apatow, estrella de la serie Euphoria, como la hija de la actriz Leslie Mann y el director de cine Judd Apatow. Este hecho desató una reflexión más amplia sobre las suposiciones americanas de la meritocracia y cómo el apellido puede influir en el acceso a oportunidades en la vida profesional.
El estudio sobre el nepotismo en Hollywood
Investigadores de la Universidad de Alberta, Michelle Maroto y Jordan Foster, llevaron a cabo un estudio titulado «Nepo Babies and the Myth of Meritocracy», publicado en The Sociological Quarterly. Analizaron 331 artículos de noticias, tanto en línea como en formato impreso, que abordaban el nepotismo en Hollywood y en industrias del entretenimiento relacionadas, como la música y el teatro de Broadway.
Los resultados revelaron que la mayoría de los artículos—aproximadamente el 44%—refuerzan la ideología americana de la meritocracia, sugiriendo que el arduo trabajo y el talento son los que explican el éxito de los «nepo babies», mientras que ocultan las desigualdades estructurales y la insidiosidad del privilegio. Este tipo de narrativa no solo reconoce la existencia del nepotismo, sino que también lo legitima, perpetuando así la desigualdad social.
Un 8% de los artículos examinados intentaron contextualizar el nepotismo como un fenómeno natural, insinuando que, aunque es generalizado, no es necesariamente injusto. Este tipo de enmarcamiento desdibuja las realidades de aquellos que, sin un apellido famoso, no tendrían las mismas oportunidades. Además, un 25% de los textos se mostraron indiferentes al fenómeno, normalizando la ventaja social que conlleva tener conexiones familiares en la industria del entretenimiento.
Por otro lado, solo un 19% de los informes consideraron el nepotismo en Hollywood como algo objetable, reconociendo la injusticia que representa para quienes carecen de ese tipo de conexiones. Estos autores señalaron que, en un mundo donde las oportunidades son escasas, ciertos individuos simplemente no habrían logrado avanzar sin el respaldo de sus familias.
Maroto y Foster argumentan que, si bien los «nepo babies» constituyen solo una pequeña muestra de las celebridades que se benefician de tener padres influyentes, su caso ilustra cómo el discurso cultural puede, por un lado, rendir homenaje a la meritocracia y, por otro, socavarla al mismo tiempo. La transparencia por parte de estos hijos de celebridades sobre sus experiencias con el nepotismo, así como la defensa de aquellos que no cuentan con esa ventaja, podría ayudar a desvelar las desigualdades estructurales y fomentar mayores oportunidades para otros.
En resumen, el fenómeno de los «nepo babies» no solo refleja las dinámicas de poder en Hollywood, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre cómo se construye y se perpetúa la desigualdad en la sociedad en general.
