Europa ante el desafío de la defensa: ¿Puede prescindir de EE.UU. en un conflicto con Rusia?

In Internacional
marzo 04, 2025

La situación geopolítica actual en Europa está marcada por la incertidumbre respecto a la postura de Estados Unidos. En un contexto donde se plantea la necesidad de un rearme europeo, las cifras indican que, en términos de poder militar convencional, Europa podría superar a Rusia. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto las debilidades de un continente que busca autonomía respecto a su aliado atlántico.

Un general de división retirado ha señalado que “nadie puede hacer apuestas sobre una guerra convencional de Europa contra Rusia si Estados Unidos nos negara sistemas de mando y control, o sea, nos dejara ciegos”. Esta afirmación resalta la importancia de la inteligencia y la coordinación en el ámbito militar, elementos que han sido cruciales para que Ucrania resistiera durante tres años ante la agresión rusa.

La Carencia de Sistemas de Mando y Control

En el argot militar de la OTAN, la sigla C2 se refiere a Command and Control, que implica tanto la autoridad para llevar a cabo operaciones militares como los sistemas tecnológicos que permiten conocer la situación en el campo de batalla. En Europa, esta sigla también representa una carencia significativa, evidenciada por la dependencia de los sistemas estadounidenses.

Esta debilidad se ha vuelto más evidente tras las tensiones provocadas por la administración de Donald Trump, que ha instado a los líderes europeos a tomar decisiones más audaces en materia de defensa. La falta de autonomía militar en Europa, especialmente en inteligencia y sistemas de comando, se ha convertido en un tema apremiante, al igual que la escasez de munición.

A pesar de que los 27 países de la UE, excluyendo a Hungría y Eslovaquia, poseen una potencia militar convencional que podría superar a la de Rusia, la realidad es que la coordinación entre estos países es insuficiente. La duplicación de fuerzas y la falta de un mando unificado dificultan una respuesta efectiva ante un posible conflicto.

En términos de recursos, la aviación de combate europea cuenta con entre 1.800 y 2.000 cazas operativos, frente a los aproximadamente 1.200 de Rusia. Además, la población de la UE, que asciende a 449 millones, multiplica casi por cuatro la de la Federación Rusa, lo que sugiere un potencial de reclutamiento considerable.

Sin embargo, en el ámbito de los misiles y drones, la balanza se inclina a favor de Rusia, que posee entre 7.000 y 10.000 misiles de crucero, en comparación con los 2.000 estimados para Europa. Este desequilibrio en capacidades armamentísticas plantea serias dudas sobre la efectividad de una defensa europea autónoma.

La situación se complica aún más cuando se considera el poder nuclear. Mientras que Europa cuenta con 515 ojivas nucleares, Rusia dispone de 5.580, lo que subraya la dependencia de Europa respecto a la protección estadounidense en un escenario de guerra nuclear.

A medida que la guerra en Ucrania continúa, se hace evidente que Europa debe replantearse su estrategia de defensa. La falta de coordinación y la dependencia de sistemas estadounidenses son obstáculos que deben ser superados si el continente desea alcanzar una verdadera autonomía militar.

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