
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán han escalado recientemente, coincidiendo con el fortalecimiento de la alianza estratégica entre Teherán y Moscú. En este contexto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha declarado que Rusia está dispuesta a mediar en las conversaciones entre ambos países, incluyendo temas cruciales como el programa nuclear de Irán y su red de grupos proxy en la región.
El expresidente estadounidense Donald Trump ha mostrado interés en dialogar con Irán sobre estos asuntos, tanto en su conversación telefónica con Putin en febrero como a través de representantes en una reunión de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia en Riad. Peskov subrayó que “Rusia cree que Estados Unidos e Irán deben resolver todos los problemas a través de negociaciones”, añadiendo que Moscú “está listo para hacer todo lo posible para lograr esto”.
Sin embargo, la administración de Trump ha reactivado su campaña de “máxima presión” sobre Irán, justo semanas después de que Teherán y Moscú firmaran un acuerdo de asociación estratégica. El último decreto ejecutivo de Trump establece un endurecimiento de las sanciones contra Irán, con el objetivo de desestabilizar su programa nuclear, la implementación de misiles convencionales y su red de grupos proxy en la región.
Reacciones de Irán y la postura israelí
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán ha manifestado que el país está reforzando sus defensas, citando las amenazas constantes de Israel, aliado de Estados Unidos. El portavoz del ministerio, Esmaeil Baqaei, ha declarado que “el régimen israelí y otros funcionarios continúan amenazando a Irán con acciones militares, mientras Occidente culpa a Irán por su capacidad defensiva. Esto es indignante e irracional”. Según Baqaei, dado que Israel está “adicto a la agresión y al comportamiento ilegal”, es “responsable y esencial maximizar nuestras capacidades de defensa”.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, ha advertido que una “opción militar” debe estar sobre la mesa para detener la posible militarización del programa nuclear de Teherán. Occidente, junto a Israel, ha considerado durante mucho tiempo que las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán son un intento encubierto de desarrollar armas nucleares, acusaciones que Teherán ha negado repetidamente.
A pesar de la retórica de Trump sobre sanciones más severas, también ha insinuado su interés en firmar un “acuerdo de paz nuclear verificado” con Irán. Sin embargo, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, ha enfatizado que las conversaciones con Estados Unidos son poco probables, citando el acuerdo nuclear del que Trump se retiró unilateralmente durante su primer mandato.