
Firefly Aerospace, una startup con sede en Texas, ha logrado un hito significativo al convertirse el pasado domingo en la segunda empresa privada en realizar un aterrizaje suave de una nave espacial en la Luna. La compañía ha publicado un video que documenta el momento en que su módulo de aterrizaje, denominado Blue Ghost, tocó la superficie lunar. Este avance representa un paso crucial en la exploración lunar comercial y pone de relieve el creciente papel del sector privado en la conquista del espacio.
El video muestra cómo el Blue Ghost descendió justo al norte del ecuador lunar, en una antigua cuenca volcánica conocida como Mare Crisium. La secuencia visual revela el proceso de aterrizaje, donde el vehículo se posó de manera vertical sobre sus cuatro patas. Este aterrizaje se llevó a cabo en las cercanías de Mons Latreille, una característica volcánica que se encuentra en el extremo oriental de la cara visible de la Luna. Se espera que Blue Ghost realice estudios sobre la superficie lunar durante aproximadamente dos semanas, hasta que la noche lunar sumerja la zona de aterrizaje en un frío extremo, complicando su operación.
Operaciones científicas del Blue Ghost
Según un comunicado de la NASA, que ha patrocinado esta misión a través de su programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), todos los instrumentos científicos y demostraciones tecnológicas a bordo del Blue Ghost se encuentran en perfecto estado. Entre los equipos que han comenzado a recolectar datos se encuentra el Electrodynamic Dust Shield, que utiliza corrientes eléctricas para limpiar el polvo lunar que puede dañar los instrumentos. Además, el Lunar Global Navigation Satellite System Receiver Experiment ha logrado adquirir por primera vez una señal GPS desde la superficie lunar, marcando otro logro histórico en la exploración espacial.
El Blue Ghost es el primero de dos módulos de aterrizaje desarrollados por empresas de Texas que se dirigen a la Luna esta semana. La compañía Intuitive Machines, con sede en Houston, también se prepara para aterrizar su nave Athena cerca del polo sur lunar, un área que se cree alberga hielo de agua, un recurso potencialmente valioso para futuras exploraciones. Ambos proyectos están financiados por la NASA, que busca regresar a los humanos a la Luna bajo el programa Artemis, con la primera misión tripulada programada para mediados de 2027.