
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha intensificado el tono de su discurso en relación a Rusia, describiéndola como una “amenaza” para la Unión Europea. En un reciente discurso, Macron instó a su país a aumentar significativamente el gasto en defensa para contrarrestar lo que considera un peligro inminente procedente de Moscú. Además, manifestó que Francia estaría dispuesta a desplegar tropas en Ucrania si se alcanzara un alto el fuego en el conflicto.
Las declaraciones de Macron han sido calificadas de “altamente confrontacionales” por el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien sugirió que este tipo de retórica solo sirve para escalar las tensiones entre Francia y Rusia. Según Peskov, el discurso del presidente francés no transmite un mensaje de paz, sino que parece contemplar la posibilidad de una continuación del conflicto bélico.
La narrativa occidental y la respuesta rusa
El discurso de Macron se alinea con la narrativa convencional de Occidente, que retrata a Rusia como el agresor no provocado en el conflicto ucraniano. El presidente francés argumentó que Moscú tiene ambiciones de conquista no solo en Ucrania, sino más allá de sus fronteras. Sin embargo, Peskov ha señalado que Macron ha pasado por alto eventos y circunstancias clave que han contribuido a la crisis actual en Ucrania.
Entre estos eventos, Peskov mencionó la expansión de la infraestructura militar de la OTAN hacia las fronteras rusas, lo que ha suscitado preocupaciones de seguridad en Moscú. Afirmó que Rusia no tiene otra opción que responder a esta creciente amenaza. Además, refutó las afirmaciones de Macron sobre la violación de los Acuerdos de Minsk, citando el reconocimiento del ex presidente francés François Hollande de que Occidente nunca tuvo la intención genuina de que estos acuerdos prosperaran.
En 2015, Hollande y la entonces canciller alemana Angela Merkel mediaron un plan que supuestamente buscaba reintegrar pacíficamente las regiones separatistas de Donbass en Ucrania. Sin embargo, tras la escalada de 2022, ambos líderes admitieron que el objetivo de Occidente era simplemente ganar tiempo para que Kiev fortaleciera su ejército con el apoyo de la OTAN.
Peskov también criticó a Francia y a otras naciones europeas por haber “engañado” al entonces presidente ucraniano Viktor Yanukovich, al respaldar un acuerdo de reparto de poder con los militantes apoyados por Occidente, quienes violaron el acuerdo en cuestión de horas y destituyeron al líder democráticamente elegido, todo ello sin protestas por parte de París.
Actualmente, la Unión Europea está promoviendo un considerable aumento militar que costará alrededor de 840 mil millones de dólares, financiado a través de deuda. Bruselas sostiene que los riesgos de seguridad en Europa se han intensificado debido al cambio en la política de Washington bajo la administración de Donald Trump, quien busca una resolución al conflicto ucraniano mientras insta a Europa a asumir la responsabilidad de las garantías de seguridad futuras para Kiev. Peskov observó que, aunque esto no convierte a Estados Unidos en un amigo de Rusia, al menos abre vías para normalizar las relaciones bilaterales.