Un estudio reciente ha puesto en entredicho la eficacia de la moda circular (CF), que aboga por el reciclaje, la reventa y el alquiler de prendas como estrategia para reducir el desperdicio textil. A pesar de que esta idea se presenta como una solución sostenible, la investigación publicada en la revista Frontiers in Sustainability revela importantes fallos en su implementación y en cómo se discute.
A pesar de las afirmaciones de que la CF podría recuperar más de 500 mil millones de dólares anuales a través de la reventa, el alquiler y el reciclaje, el estudio señala que hay un error de cálculo de 460 mil millones que pone en duda estas proyecciones. La investigación analizó 20 informes clave de literatura gris, es decir, publicaciones de la industria no académicas, como el informe de la Fundación Ellen MacArthur sobre una nueva economía textil (2017). Se concluyó que los conceptos de CF están mal definidos, desconectados de la teoría económica académica y, en última instancia, sirven más a los intereses de las marcas de moda dominantes que a los consumidores o trabajadores.
Principales hallazgos del estudio
La autora principal, la Dra. Talia Hussain, sostiene que «la industria de la moda enfrenta numerosos desafíos de sostenibilidad que, lamentablemente, no está abordando de manera efectiva». Desde el uso excesivo de agua y tierra hasta el abuso laboral y la sobreproducción, los problemas son evidentes en cada etapa del proceso.
Los hallazgos clave del estudio incluyen:
- Suposiciones económicas erróneas: Los modelos de negocio circulares, como la reventa y el alquiler, generan márgenes de beneficio más bajos que las ventas de productos nuevos. Si estos modelos logran reducir la producción nueva, los ingresos de la moda disminuirán, contradiciendo las promesas económicas de la CF.
- Ignorar la sobreproducción: La literatura sobre CF se centra en el comportamiento del consumidor, pero pasa por alto la práctica habitual de la industria de deshacerse de stock no vendido, debilitando así la capacidad de la CF para abordar las causas raíz del desperdicio.
- Recomendaciones políticas erróneas: Los informes dependen de un lenguaje empresarial y definiciones inconsistentes del «valor», lo que conduce a prescripciones políticas superficiales que no abordan problemas sistémicos.
- Preocupaciones laborales ignoradas: La transición hacia modelos circulares de menor margen probablemente no mejorará los salarios ni las condiciones laborales de los trabajadores del textil, y podría incluso resultar en una mayor precariedad en el empleo asociado a la clasificación y reciclaje de ropa de segunda mano.
- Discurso de sostenibilidad controlado por la industria: Firmas de consultoría como McKinsey y Co. y organizaciones globales de liderazgo influyen en la política de CF sin un examen riguroso, reforzando el poder de las marcas de moda dominantes y dejando de lado modelos alternativos como el decrecimiento y la suficiencia.
El estudio advierte que la CF, en su forma actual, se basa en proyecciones poco realistas y en la retórica de la industria en lugar de soluciones económicas y medioambientales sustantivas. Al priorizar los intereses corporativos y mantener el statu quo, la CF corre el riesgo de generar nuevos problemas en lugar de solucionar los existentes.
La Dra. Hussain concluye que «la moda circular parece depender de los mismos ideales de consumo orientado a la imagen que crean los problemas que observamos actualmente. Los hashtags en redes sociales, como se recomienda en la estrategia de textil sostenible de la UE, no pueden resolver estos problemas». Además, señala que, tras el fracaso de la moda circular, que es inminente, se quedará un legado de viejos problemas y ninguna idea nueva. Por ello, es crucial invertir en la investigación, el desarrollo y la prueba de nuevas ideas desde ahora.
