La economía europea atraviesa un momento de incertidumbre que preocupa a los economistas, tal como lo ha expresado Mário Centeno, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y gobernador del Banco de Portugal. Centeno ha manifestado su inquietud sobre el futuro económico de la eurozona, señalando que la previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025 se ha revisado a la baja, del 1.1% inicial al 0.9%. Este ajuste refleja una realidad preocupante: el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre fue apenas del 0.1%.
El economista ha atribuido esta revisión a la reducción de las exportaciones y las inversiones, temas que han sido recurrentes en las declaraciones del BCE. Según Centeno, «la inversión especial está bastante contenida en Europa», y anticipa que se necesitarán hasta cuatro años para regresar a los niveles de inversión del sector privado de 2023, y seis años para alcanzar los niveles de inversión en vivienda, que solo se recuperarán completamente en 2028.
Perspectivas sobre los aranceles y el gasto en defensa
Las preocupaciones sobre la economía europea han aumentado en los últimos meses, especialmente tras las amenazas de aranceles por parte de la administración estadounidense. El presidente Donald Trump ya ha impuesto derechos de importación sobre varios socios comerciales clave y ha señalado que Europa podría ser el siguiente objetivo. Centeno ha advertido que «los aranceles son un impuesto que afecta tanto al consumo como a la producción», sugiriendo que en una guerra arancelaria nadie saldría beneficiado.
Sin embargo, una posible luz en el horizonte para Europa podría ser un impulso en el gasto en defensa por parte de la Unión Europea, introducido recientemente como respuesta a las tensiones entre Estados Unidos y Ucrania. Si estas iniciativas se diseñan adecuadamente, podrían tener un impacto positivo en la economía europea, según ha comentado Centeno.
En este contexto, Alemania ha anunciado planes para aumentar su inversión en infraestructura y defensa, aunque estos deben superar varios obstáculos antes de su implementación efectiva. Estas medidas podrían ser un intento de revitalizar una economía que, al igual que la de otros países europeos, muestra signos de estancamiento.
Por otro lado, Centeno también ha abordado la perspectiva de los tipos de interés del BCE, sugiriendo que se esperan más recortes en el futuro. Aunque estos ajustes se han llevado a cabo debido a la stagnación económica, el BCE prevé una inflación que podría alcanzar el 2% en el medio plazo, lo que implica que se seguirán realizando ajustes en las tasas de interés.
El BCE ha anunciado su sexto recorte de tipos desde junio del año pasado, llevando su tasa de interés clave al 2.5%. Esta decisión, ampliamente anticipada por los mercados, ha sido objeto de diferentes interpretaciones, y algunos analistas sugieren que podría haber más recortes en el horizonte, aunque otros consideran que una pausa en el ciclo de reducción podría estar próxima.
En resumen, la situación económica en Europa plantea desafíos significativos, pero también oportunidades que podrían ser aprovechadas si se implementan políticas coherentes y estratégicas. La capacidad de adaptarse a un entorno económico cambiante será crucial para el futuro de la región.
