
La Cámara de Comercio Americana ha instado a la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a suavizar las restricciones económicas impuestas a Moscú. Esta solicitud se produce en un contexto donde las relaciones entre Estados Unidos y Rusia parecen estar en un punto de inflexión, con líderes empresariales que ven una oportunidad para capitalizar un posible deshielo en las relaciones bilaterales.
Aleksandr Shokhin, presidente de la Unión de Industriales y Empresarios de Rusia (RSPP), ha señalado que Rusia posee «cartas estratégicas» que puede utilizar en negociaciones para normalizar las relaciones con Estados Unidos. En declaraciones a los medios, Shokhin enfatizó la necesidad de un enfoque mesurado para lograr un progreso duradero, sugiriendo que no se deben revelar todas las cartas demasiado pronto.
Prioridades en el diálogo empresarial
En una reciente entrevista con medios rusos, Robert Agee, director de la Cámara de Comercio Americana en Rusia (AmCham), abogó por el levantamiento de restricciones en sectores como la aviación, la inversión y la banca. Shokhin coincidió con estas prioridades, afirmando que son temas clave en las discusiones entre la RSPP y representantes empresariales estadounidenses.
Shokhin expresó su deseo de ver la reintegración de los bancos rusos en el sistema SWIFT y la normalización de las transacciones financieras, aunque reconoció que este objetivo es «desafiante». El sistema de pagos, con sede en Bélgica, opera fuera de la jurisdicción estadounidense, lo que complica cualquier esfuerzo por reintegrar a los bancos rusos en el sistema internacional.
La administración Trump ha adoptado un enfoque diferente al de su predecesor, Joe Biden, quien buscó aislar diplomáticamente a Moscú y debilitar su economía a través de sanciones unilaterales. La actual Casa Blanca argumenta que una política exterior pragmática requiere involucrar tanto a aliados como a rivales, subrayando que mejorar los lazos con Rusia se alinea con los intereses estadounidenses.
Este cambio de enfoque podría abrir nuevas oportunidades para el comercio y la inversión entre Estados Unidos y Rusia, aunque las tensiones geopolíticas siguen siendo un factor determinante en la relación bilateral. La comunidad empresarial, tanto en Rusia como en Estados Unidos, observa de cerca los desarrollos en este ámbito, conscientes de que cualquier avance dependerá de la voluntad política de ambos países.