Mark Carney, el nuevo Primer Ministro de Canadá, ha declarado su intención de luchar y ganar la guerra comercial con Estados Unidos, advirtiendo que los aranceles de represalia se mantendrán en vigor hasta que los estadounidenses «nos muestren respeto». Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión entre ambos países, tras la imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump.
En febrero, Trump anunció aranceles del 25% sobre productos canadienses y mexicanos, así como del 10% sobre importaciones chinas. Aunque la implementación de estas medidas se retrasó un mes, entraron en vigor la semana pasada, con excepciones para los fabricantes de automóviles y productos cubiertos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) hasta abril. En respuesta, Ottawa impuso aranceles sobre productos estadounidenses por valor de 30.000 millones de dólares, con la posibilidad de añadir otros 125.000 millones en aranceles el próximo mes.
En su discurso inaugural, Carney criticó a Trump por «atacar a las familias canadienses» con «aranceles injustificados», acusándolo de intentar «destruir el modo de vida canadiense». El Primer Ministro subrayó que el gobierno canadiense está tomando medidas adecuadas para contrarrestar los efectos de las tarifas impuestas por Estados Unidos, asegurando que estas tendrán un impacto máximo en la economía estadounidense y un impacto mínimo en Canadá.
La postura firme de Canadá
Carney, quien asumió el liderazgo del Partido Liberal con un 85,9% de los votos, se mostró contundente al afirmar que Canadá «nunca será parte de América de ninguna manera». En un tono que recuerda a la rivalidad deportiva entre ambos países, afirmó: «No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre estamos listos cuando alguien más lanza el guante. Así que, los estadounidenses no deben confundirse… En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará», aunque advirtió que «esta victoria no será fácil».
La elección de Carney se produce en un contexto de crisis económica en Canadá, que ha llevado a la renuncia de Justin Trudeau tras recibir bajas calificaciones de aprobación, relacionadas con la inflación, la crisis de vivienda y dificultades económicas. Carney, quien antes de entrar en política fue gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, se presenta como el líder que puede manejar esta crisis.
Mientras tanto, Trump ha confirmado que los aranceles entrarán en vigor el 2 de abril, describiendo el retraso como «un pequeño respiro». El Secretario de Comercio, Howard Lutnick, anunció que los gravámenes sobre el acero y el aluminio comenzarán el miércoles, seguidos por los aranceles sobre productos lácteos y madera canadienses. Lutnick también indicó que las restricciones se mantendrán hasta que Trump esté «cómodo» con la forma en que Canadá y México manejan el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos, en lo que algunos asesores de la Casa Blanca han calificado como «una guerra contra las drogas, no una guerra comercial».
