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La nueva tasa de reciclaje provoca el descontento de los panaderos franceses

In Cultura
marzo 10, 2025

Un nuevo impuesto sobre papeles de envoltura y cajas de cartón para baguettes y pasteles ha generado un fuerte descontento entre los panaderos franceses. En Francia, la tradición de acudir a la boulangerie del barrio para comprar la baguette diaria o un croissant es un acto cotidiano y culturalmente significativo. Sin embargo, una reciente política ecológica podría alterar esta costumbre.

En las últimas semanas, los panaderos han expresado su indignación ante un nuevo impuesto de reciclaje que afecta a los materiales utilizados para envolver sus productos, como las baguettes y los pasteles. Según la normativa, cada panadería deberá abonar 0,0075 euros por cliente en el momento de la compra, con el objetivo de contribuir a los costos de reciclaje de su embalaje y, en última instancia, reducir el desperdicio, en un esfuerzo por proteger el medio ambiente.

La idea de contribuir a la lucha contra el desperdicio no es nueva. Anteriormente, las panaderías estaban obligadas a declarar cada artículo de embalaje que utilizaban para calcular su contribución anual a los esfuerzos anti-desperdicio. El nuevo impuesto sobre envolturas se ha diseñado para simplificar este complejo sistema administrativo. Contribuciones similares han sido introducidas para otras profesiones, como carniceros y queseros.

Sin embargo, los panaderos consideran que este impuesto es una carga adicional en una economía ya afectada por el aumento de los costos energéticos y la inflación en ingredientes básicos como la harina o el azúcar. Desde 2022, el gobierno francés ha implementado varios paquetes de ayuda para apoyar a los panaderos que enfrentan problemas debido a los altos precios de electricidad y gas, exacerbados por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Esta nueva carga fiscal ha sido calificada por algunos como “la gota que colma el vaso”. Dominique Anract, presidente de la Confederación Nacional de Panadería y Pastelería de Francia, ha señalado que, en promedio, una panadería recibe a 300 clientes al día, lo que se traduce en un impuesto anual de aproximadamente 700 euros. Anract ha sugerido que los panaderos consideren aumentar ligeramente los precios de sus productos para contrarrestar el impacto del impuesto en sus ingresos.

Los panaderos también están preocupados por las posibles repercusiones que este impuesto podría tener en sus clientes, especialmente en un país donde las boulangeries independientes representan el 52% de las ventas de pan. Cada día, 12 millones de franceses adquieren una baguette, que no solo es un alimento básico, sino un símbolo cultural. En 2022, la UNESCO incluyó la baguette en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Una posible solución podría ser la adopción de bolsas reutilizables de tela, conocidas tradicionalmente como sacs à pain, que solían ser de uso común. En cualquier caso, los franceses parecen estar lejos de renunciar a su apreciada baguette, ya sea envuelta en papel o no.

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