En la reciente edición del festival de cine fantástico Fantasporto, celebrado en Oporto, la película japonesa Dollhouse, dirigida por Shinobu Yaguchi, se alzó con el premio principal, consolidándose como una nueva referencia dentro del género del J-horror. Este festival, que ha alcanzado su 45ª edición, se ha posicionado como un importante escaparate del cine asiático en Europa, especialmente del japonés, que ha dominado los premios en los últimos años.
Dollhouse narra la historia de una pareja que, tras perder a su hija de cinco años en un accidente doméstico, adquiere una muñeca de aspecto realista para ayudar a sobrellevar su ausencia. Años después, con el nacimiento de su segunda hija, la muñeca es redescubierta, lo que desencadena una relación problemática entre la niña y el objeto. La película ha sido aclamada por su capacidad para explorar la vulnerabilidad humana y ha recibido elogios por su realización, superando a otras producciones destacadas del festival, como Prédio Vazio, del brasileño Rodrigo Aragão, y Succubus, del estadounidense RJ Daniel Hanna.
Beatriz Pacheco Pereira, fundadora y directora de Fantasporto, defendió la diversidad de la selección del festival, señalando que no priorizan las películas japonesas, aunque sí reconocen que la producción nipona ha sido especialmente fuerte en el ámbito del cine fantástico en los últimos años. Mário Dorminsky, cofundador del festival, agregó que la reputación de Fantasporto en Japón es notable, considerándose uno de los tres principales festivales del género a nivel mundial.
En esta edición, otro de los grandes triunfadores fue Cielo, una producción británica dirigida por el español Alberto Sciamma y filmada en Bolivia. Esta obra se destacó por su cinematografía excepcional y por su uso intencional de una paleta de colores impactante, lo que le valió el Premio del Jurado, el Premio a la Mejor Cinematografía y el Premio del Público. Sciamma comentó que la película surgió de imágenes mentales que tuvo antes de desarrollar la trama, destacando la importancia del equipo boliviano en la realización del filme.
El premio a mejor cortometraje en el ámbito del cine fantástico fue otorgado a Happy People, un cortometraje húngaro que plantea la cuestión de un índice de felicidad obligatorio para todos los humanos. Los directores, Balázs Budavári y Angéla Eke, expresaron su alegría al recibir el galardón, aunque lamentaron la ausencia de parte del equipo en la ceremonia.
La inauguración del festival estuvo a cargo del director portugués Luís Diogo con su película Criadores de Ídolos (Idol Makers), que combina elementos de thriller y sátira sobre una sociedad secreta. A pesar de no ser un entusiasta del cine portugués, Diogo ha encontrado en este festival una plataforma para mostrar su trabajo, adaptando sus guiones inicialmente destinados a un público estadounidense a la realidad local.
El festival también incluyó la sección Directores’ Week, donde se premiaron varias obras asiáticas, siendo Zero, del estadounidense Jean-Luc Herbulot, la ganadora del premio principal. En la sección Orient Express, dedicada al cine asiático, el premio fue para River Returns, de Masakasu Kaneko. Así, Fantasporto se despide hasta 2026, reafirmando su papel como un punto de encuentro para el cine fantástico y una plataforma para el talento internacional.
