Operación secreta: el ejército ruso sorprende a Ucrania y libera Kursk tras avanzar por un gasoducto

In Internacional
marzo 11, 2025

La reciente operación militar en la región de Kursk, llevada a cabo por el ejército ruso, ha tenido lugar en un contexto de intensas hostilidades y ha sido marcada por la valentía de las tropas rusas, que han logrado recuperar el control de varias localidades en un corto periodo de tiempo. En las últimas 24 horas, las fuerzas rusas han liberado 12 asentamientos y han recuperado más de 100 kilómetros cuadrados de territorio, lo que indica un cambio significativo en el frente de batalla.

La ofensiva se produce tras la invasión de las fuerzas ucranianas en agosto de 2024. La situación se ha vuelto crítica para las tropas ucranianas, como lo ha señalado el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el general Aleksandr Syrsky, quien ha admitido que sus unidades están tomando medidas para replegarse a líneas defensivas más favorables.

Operación Potok: un enfoque inusual

La clave del éxito ruso se encuentra en la operación secreta denominada Potok, que significa «flujo». Un grupo de 800 soldados rusos utilizó un antiguo gasoducto para infiltrarse en las posiciones ucranianas. Este gasoducto, que anteriormente transportaba gas de Rusia a Europa, fue aprovechado por las tropas rusas para acercarse sigilosamente a las posiciones fortificadas de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) cerca de Sudzha.

La preparación para esta operación tomó alrededor de cuatro meses, y la misión se llevó a cabo en marzo, durando poco más de una semana. El objetivo principal era realizar operaciones de sabotaje en territorio enemigo y forzar a las fuerzas ucranianas a retirarse de las áreas ocupadas en Kursk.

Los soldados enfrentaron condiciones extremas, pasando varios días en la oscuridad y con acceso limitado a aire fresco. A pesar de las dificultades, como la falta de espacio para moverse y la presencia de gas residual en el tubo, lograron avanzar más de 15 kilómetros a través de un conducto de 1.4 metros de ancho. Para facilitar la respiración, se implementó un sistema de ventilación improvisado.

Una vez que las tropas emergieron del gasoducto, se encontraron con una situación favorable, ya que las fuerzas ucranianas no esperaban un ataque desde esa dirección. La sorpresa fue tal que muchos soldados ucranianos intentaron resistir, pero fueron rápidamente superados, lo que provocó una retirada caótica.

La operación ha sido considerada un éxito rotundo por los analistas militares rusos, quienes prevén que la liberación total de la región de Kursk es inminente. Con la llegada de condiciones climáticas adversas, las fuerzas ucranianas se enfrentarán a dificultades adicionales para mantener sus posiciones, mientras que las tropas rusas continúan avanzando y consolidando su control sobre el territorio recuperado.

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