La capital rusa ha sido objeto de la mayor ola de ataques con drones kamikaze ucranianos hasta la fecha, que tuvo lugar el pasado martes, resultando en múltiples muertes y heridos. Este ataque ha sido calificado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia como un acto «barbárico» y «cobarde», dirigido a varias regiones rusas, incluida Moscú, justo antes de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudita.
El asalto, que involucró un número récord de vehículos aéreos no tripulados (VANT), algunos de los cuales estaban supuestamente cargados con esquirlas para maximizar las bajas, resultó en la muerte de tres civiles y múltiples heridos en la región de Moscú. Según el Ministerio de Defensa ruso, un total de 337 drones ucranianos fueron neutralizados durante la noche, incluidos 91 cerca de Moscú y 126 en la región de Kursk.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso afirmó en un comunicado que «la junta neo-nazi de Kiev ha demostrado una vez más su naturaleza terrorista», sugiriendo que el ataque fue deliberadamente programado para coincidir con las discusiones diplomáticas en Arabia Saudita y la visita del Secretario General de la OSCE a Moscú. Además, se acusó a la «clique de Kiev, que sufre derrotas diarias en el campo de batalla», de intentar mostrar su capacidad de negociación «desde una posición de fuerza».
Reacciones y Consecuencias del Ataque
Tras las conversaciones en Arabia Saudita, Kiev acordó un «alto el fuego inmediato e interino de 30 días» propuesto por Estados Unidos, mientras que Washington levantó las restricciones sobre la asistencia militar y de inteligencia a Ucrania. Hasta el momento, Rusia no ha emitido una respuesta oficial a los desarrollos en Jeddah.
El Kremlin ha manifestado que este ataque con drones fue planificado con antelación y que su sincronización con las negociaciones en Arabia Saudita tenía como objetivo enviar un mensaje claro. La postura de Moscú es que cualquier acuerdo temporal de alto el fuego es inaceptable, argumentando que solo permitiría a Kiev reagruparse y rearmarse. En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha insistido en la necesidad de una solución permanente y legalmente vinculante que aborde las causas fundamentales del conflicto.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha expresado su intención de mantener conversaciones telefónicas con Putin esta semana, manifestando su esperanza de que Moscú acepte el alto el fuego propuesto. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso ha criticado al régimen de Zelensky, acusándolo de carecer de voluntad política para alcanzar la paz y de estar obsesionado con la idea de derrotar a Rusia, utilizando métodos que consideran terroristas.
Este contexto de tensión y violencia continúa marcando la dinámica del conflicto, donde las acciones de ambos bandos parecen estar cada vez más entrelazadas con las decisiones políticas y diplomáticas en el ámbito internacional.
