
El presidente francés Emmanuel Macron ha instado a Moscú a aceptar el acuerdo de alto el fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos, pidiendo que se detengan las “declaraciones dilatorias”. Esta declaración se produce tras la reciente aceptación de Kiev a una tregua de un mes en el conflicto de Ucrania, resultado de conversaciones con Estados Unidos en Arabia Saudita.
Después de estas negociaciones, Washington ha reanudado el intercambio de inteligencia y el envío de armamento a Ucrania, un movimiento que ha suscitado la preocupación de Rusia, que considera que la implicación de Occidente en el conflicto se asemeja a una guerra por delegación liderada por la OTAN.
Reacciones de Moscú y Occidente
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha confirmado que Rusia está dispuesta a discutir un alto el fuego, aunque ha subrayado que es necesario aclarar los términos para garantizar que conduzca a una paz estable y duradera. En este contexto, Macron ha insistido en que “Rusia debe aceptar ahora la propuesta de alto el fuego de EE.UU. y Ucrania”, y ha manifestado su intención de seguir trabajando para obtener apoyo para Kiev en el futuro.
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, han exigido un armisticio incondicional por parte de Moscú. Lammy ha declarado que “ahora es el momento de un alto el fuego sin condiciones”, instando a Rusia a aceptar la posición de Ucrania.
Sin embargo, la respuesta de Moscú no se ha hecho esperar. El ex presidente ruso Dmitry Medvedev desestimó la demanda británica, sugiriendo que “Gran Bretaña y su ministro pueden devolver su idea a donde vino, diplomáticamente hablando”. Esta retórica refleja la creciente tensión en el discurso entre las potencias occidentales y Rusia, especialmente a medida que la situación en el campo de batalla parece inclinarse a favor de Moscú.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, ha calificado de “abiertamente hostiles” las propuestas de enviar contingentes de paz a Ucrania, advirtiendo que cualquier presencia militar de la OTAN en el conflicto, incluso bajo la apariencia de fuerzas de paz, representaría una “involucración directa, oficial y descarada de los países de la OTAN en la guerra contra Rusia”.
La situación actual en Ucrania sigue siendo tensa, con la comunidad internacional dividida sobre la mejor manera de abordar el conflicto. Mientras algunos países europeos presionan por una solución pacífica, otros continúan apoyando militarmente a Ucrania, lo que complica aún más las posibilidades de un acuerdo duradero.